El tratamiento del agua con cloro (hipoclorito
sódico - lejía) es un método comúnmente utilizado para la potabilización
de aguas de bebida de consumo animal, para reducir las concentraciones de
microorganismos patógenos que a través de ella pueden transmitirse.
El poder desinfectante del cloro radica
en su elevada capacidad de oxidación. En presencia de agua, el cloro bien sea
en forma gaseosa (Cl2) o como hipoclorito sódico (NaOCl), reacciona para
generar ácido hipocloroso (HOCl) mediante el siguiente proceso de hidrólisis:
Cl2 + H2O <-> HOCl + H+ + Cl-
NaOCl + H2O <-> HOCl + Na+ + OH-
El elevado poder oxidante del ácido
hipocloroso generado, combinado con su bajo coste aplicativo, ha ocasionado que
el cloro (principalmente en forma de soluciones concentradas de hipoclorito
sódico, entre el 4 y el 15%) sea el principal desinfectante utilizado
actualmente para tratamientos de potabilización de aguas de consumo, tanto
humano como animal. Sin embargo, el uso de cloro presenta algunos inconvenientes:
·
Elevada reactividad con sustancias
orgánicas o inorgánicas presentes en el agua, dando lugar a reacciones
oxidantes paralelas que:
o
Disminuyen el contenido en cloro
libre y, por consiguiente, su
rendimiento desinfectante.
o
Generan sustancias no deseadas,
tales como halometanos (THM, fruto de la reacción
con materia orgánica y nocivos para la salud humana, con límite de 100 µg/l
según RD3/2023) o cloraminas (productos de la reacción con amonios,
y de menor capacidad desinfectante).
·
Las soluciones concentradas de
hipoclorito sódico presentan una tendencia natural a la descomposición,
generando cloratos. La presencia de cloratos en alimentos está actualmente
limitada por el Reglamento (UE) 2020/749 que modifica el anexo III del
Reglamento (CE) nº 396/2005 en lo relativo a los límites máximos de
residuos de clorato en determinados productos, estableciendo LMR que varían
entre 0,05 y 0,7 mg/kg, según el producto. El agua, a través del riego, del
tratamiento o de la desinfección, es el vehículo por el que los cloratos llegan
a los alimentos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene establecido un
nivel de referencia de 0,7 mg/l para el clorato en agua potable. A nivel
estatal, el RD 3/2023 establece también un valor paramétrico de cloratos de
0,25 mg/l.
·
Con un pH inferior a 5 todo el cloro
está en forma de ácido hipocloroso (HOCl) pero, a medida que el pH aumenta,
este ácido se disocia en hipoclorito (ClO-), disminuyendo su
efectividad a pH superiores a 7,0.
Conclusión
Gracias a su menor reactividad y mayor selectividad, su amplio
rango de pH de trabajo y su excelente poder oxidante, el dióxido de cloro es un excelente desinfectante
para tratamientos de potabilización de aguas de consumo animal,
como alternativa al extendido uso de cloro (hipoclorito sódico). El tratamiento
con dióxido de cloro permite obtener un agua de la máxima calidad
microbiológica, fisicoquímica y organoléptica, libre de sustancias indeseadas
tales como THM o cloraminas.
PROQUIMIA dispone del equipo LOTUS
MINI, que permite la generación
in situ de dióxido de cloro a través de los productos
concentrados PROAQUA ACID y PROAQUA ACTIVE. Este equipo, con una capacidad de
generación de dióxido de cloro de 8 g/h, es adecuado para instalaciones
ganaderas con necesidades de agua entre 10-20 m3/hora.
Para instalaciones con menores necesidades de agua, PROQUIMIA
dispone del sistema PROAQUA
DIOX. La mezcla de los dos componentes del sistema, PROAQUA
DIOX A con PROAQUA DIOX B a una proporción de 9L:1L, permite generar una
solución lista para ser dosificada de aproximadamente 3000 mg/l de dióxido de
cloro, sin necesidad de ningún
equipo para su generación.
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