La demanda de boletos es
tan alta que la empresa propietaria del convoy tiene que hacer un sorteo, como
si del concierto de Año Nuevo se tratara.
yushu es
una de las islas más importantes de Japón,
ubicada al suroeste y la que está considerada como la cuna de la civilización
nipona. También se le conoce como la isla de las siete prefecturas, ya que son
siete las 'provincias' en las que está dividida. Y por allí circula el tren
de las siete estrellas, el que está considerado como uno de los más lujosos
del mundo.
Los
precios de este impresionante convoy no son baratos precisamente. Los trayectos
de cuatro días y tres noches a bordo cuestan un mínimo de 5.200 euros
por persona (688.000 yenes) en camarote doble (más de 9.000 en
individual). Pero eso no evita que sean miles las personas que quieran hacerse
con uno de los billetes para cada trayecto disponible. Por eso, quienes deseen
viajar en el tren de las siete estrellas tienen que
participar en un sorteo, como si del concierto de Año Nuevo de Viena se
tratara.
Sin embargo, los que han pasado por esta joya que recuerda a otra época
salen encantados: el tren está decorado de una manera cálida y acogedora
gracias a la madera, tal y como explica su diseñador, Eiji Mitooka, a la CNN: "Todo
es único y está hecho a medida para el tren. Desde los asientos, la
iluminación y los muebles, nuestro tema era mezclar elementos como mandalas,
inspirándonos en Oriente y Occidente, para crear algo que nunca habíamos
visto".
Una experiencia única:
Todo son detalles en el tren de las siete estrellas: pinturas en miniatura, lavabos de porcelana, un panel de 'kumiko', la tradicional carpintería japonesa, retroiluminado de tal manera para que pueda mostrar sus casi imposibles patrones de celosía. El lujo en versión japonesa, ya que la mayoría de los viajeros son nipones.
Según
Mitooka, "durante mucho tiempo, los japoneses creyeron que el mejor viaje
era ir a Europa o América; experimentar diferentes culturas, ver las mejores
cosas allí, comer la mejor comida allí. Pero para aquellos de entre 50, 60 y 70
años, el viaje más cómodo y relajante es aquel en el que se habla
japonés, podemos disfrutar de la comida japonesa, servida a la manera
japonesa. Podemos redescubrir Japón".
La primera vez que el diseñador del tren más lujoso de
Japón recibió el encargo de crearlo, se inspiró en el Orient Express. Sin
embargo, después pensó en algo que marcara a los viajeros japoneses de
mayor edad. Hoy, cuando cualquier pasajero del tren de las siete estrellas
sube a bordo en la estación de Hakata, se dan cuenta de que entran en otro
mundo, el que a ellos más les gusta.
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