Buscar la verdad en un mundo que
corre el riesgo de ser víctima del racionalismo sin alma fue parte de la
exhortación que hizo el Papa Francisco este viernes 27 al visitar la
Universidad Católica de Lovaina, una de las más antiguas del mundo y que estuvo
comprometida en la respuesta a la Reforma protestante.
El Santo Padre llegó a esta casa de estudios para su encuentro
con la plana docente, en el marco del segundo día de su visita apostólica a
Bélgica. La Universidad Católica de Lovaina fue
fundada con una bula del Papa Martín V en 1425, por lo que el centro se está
preparando para celebrar el próximo año seis siglos de su creación.
En un documento distribuido a la
prensa, el Vaticano recuerda que, a un siglo de su fundación, este centro ya
contaba con cerca de 2.000 alumnos “y entre ellos destacaban grandes mentes,
como el humanista Desiderio Erasmo”, conocido también como Erasmo de Rotterdam.
Más adelante, añade, “la universidad, comprometida con la
respuesta católica a la Reforma, fue reprimida por las fuerzas de la Revolución
francesa en 1797 y restablecida por el Episcopado belga en 1834”.
Una cultura que renuncia a buscar la verdad
En su discurso, el Papa Francisco
recordó que una de las funciones de la universidad es promover “la pasión por
la búsqueda de la verdad, al servicio del progreso humano”, y en el caso
particular de los ateneos católicos, es “llevar la aportación decisiva” del
Evangelio y de la Tradición viva de la Iglesia, “que está siempre abierta a
nuevos escenarios y a nuevas propuestas”.
Sin embargo, señaló que en los
tiempos actuales “estamos sumergidos en una cultura marcada por la renuncia a
la búsqueda de la verdad” y que prefiere sumergirse “en la comodidad de un
pensamiento débil” que cree que todo es relativo.
Ante estos desafíos del cansancio
del espíritu y del racionalismo sin alma, el Santo Padre animó a los docentes a
pedir a Dios: “Señor, ensancha nuestras fronteras”, para que la universidad sea
“un espacio abierto para el hombre y para la sociedad” en búsqueda de la
verdad.
“El Espíritu Santo que hemos recibido como don nos impulsa a
buscar, a abrir los espacios de nuestro pensar y de nuestro obrar, hasta
guiarnos a la verdad plena”, afirmó.
El Papa Francisco señaló que la limitación de no saber todavía
todo, como afirmó el rector, “debe empujarles siempre a ir hacia adelante,
ayudándoles a mantener encendida la llama de la investigación y a seguir siendo
como una ventana abierta al mundo de hoy”.
El Santo Padre recordó que “un teólogo originario de esta
tierra, hijo y docente de esta universidad, ha afirmado: ‘Somos nosotros la
zarza ardiente que permite a Dios manifestarse’”.
“Conserven encendida la llama de
este fuego, ensanchen las fronteras. Sean inquietos buscadores de la verdad y
no apaguen nunca la pasión, para no ceder a la acidia del pensamiento”, alentó.
El Pontífice también agradeció a la Universidad Católica de Lovaina
por recibir a estudiantes de otros países y a refugiados. “Han abierto los
brazos para acoger a estas personas marcadas por el dolor, para ayudarles a
estudiar y a crecer”, destacó.
Con este encuentro, el Papa Francisco concluyó su segunda
jornada en Bélgica. Para mañana tiene previsto reunirse con los obispos,
sacerdotes y religiosos en la en la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg,
y con los miembros de la Compañía de Jesús en el país.
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