ECOLOGÍA en ACCIÓN: Secar la ropa al aire podría ahorrar a los hogares miles de millones aseguran desde la Universidad de Michigan.

 

**REGRESEMOS a las RAÍCES y SALVEMOS el PLANETA y SALVEMOSNOS: Los investigadores afirman que pequeños cambios de comportamiento, como el secado fuera de las horas pico, también pueden reducir las emisiones en un 8%.

·         Secadoras consumen mucha energía: Representan el 3% del consumo residencial en EE.UU.

·         Costo alto: Más de 7.000 millones de dólares anuales en energía.

·         Gran impacto ambiental: Más de 27 millones de toneladas de CO2 emitidas cada año.

·         Alternativa sin emisiones: Secado al aire = 0 CO₂.

·         Ahorro económico: Hasta 2.100 dólares por hogar en la vida útil de una secadora.

·         Impacto por región: Cambio de secadora de gas a eléctrica puede reducir 90% o aumentar 220% las emisiones, según la fuente de energía.

El problema del consumo de energía de las secadoras.

Las secadoras de ropa son uno de los electrodomésticos más costosos en términos energéticos. Solo en Estados Unidos, su uso representa el 3% del consumo de energía residencial, consumiendo seis veces más que las lavadoras. Este gasto se traduce en un costo anual de 7.000 millones de dólares en electricidad, con la emisión de más de 27 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera.

En comparación con otros países, la dependencia de las secadoras en Estados Unidos es notablemente alta. Mientras que más del 80% de los hogares estadounidenses poseen una secadora, en otros países como Corea del Sur la cifra es inferior al 30%, en Alemania poco más del 40% y en el Reino Unido menos del 60%.

El secado al aire: una solución sin coste y sin emisiones.

Los investigadores de la Universidad de Míchigan analizaron el impacto ambiental de distintos métodos de secado y encontraron que el secado al aire es la opción más eficiente y sostenible. Mientras que el uso de una secadora eléctrica convencional no certificada por Energy Star puede generar hasta 3.800 kilogramos de CO2 a lo largo de su vida útil, el secado al aire no genera emisiones.

Beneficios económicos y ambientales del cambio.

Optar por el secado al aire 100% del tiempo puede generar un ahorro de hasta 2.100 dólares por hogar en la vida útil de una secadora. Además, la reducción de emisiones es considerable, superando las 3 toneladas de CO₂ por hogar.

A pesar de la creencia de que actualizarse a una secadora más eficiente es la mejor solución, la investigación demuestra que complementar el uso de la secadora con el secado al aire es más efectivo tanto económica como ambientalmente. En algunas regiones, incluso las secadoras energéticamente eficientes no logran compensar sus costos en ahorro de energía.

Factores geográficos y su influencia en las emisiones.

El impacto ambiental de las secadoras varía según la región. En zonas donde la electricidad proviene principalmente del carbón, las secadoras generan muchas más emisiones que en regiones que dependen de energías renovables como la hidráulica o la solar. Dependiendo de la fuente de energía regional, cambiar de una secadora de gas a una eléctrica puede reducir las emisiones en un 90% o aumentarlas en un 220%.

Pequeños cambios que también ayudan.

Para quienes no pueden prescindir por completo de la secadora, existen cambios de hábitos que reducen su impacto:

·         Secar la ropa por la noche durante las horas de menor demanda puede reducir las emisiones en 8%.

·         Ciclo corto de secadora para suavizar la ropa después del secado al aire.

·         Espacios interiores adecuados para secado, como habitaciones bien ventiladas o con deshumidificadores.

Fomentar el secado al aire como estándar puede tener un impacto significativo en la sostenibilidad. Si una fracción significativa de los hogares adoptara este cambio, se podría lograr una reducción de millones de toneladas de CO₂ al año. Además, el menor consumo eléctrico aliviaría la carga sobre la red y podría acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable.

El uso de secadoras no es imprescindible y, en la mayoría de los casos, el aire cumple la misma función sin generar impactos negativos. Al hacer del secado al aire una norma cultural, se podría cambiar la relación de las personas con el consumo energético y avanzar hacia un futuro más sostenible y ecológico.