El Magazín de Merlo se puso el antifaz para participar de los increíbles corsos del Distrito de Merlo, organizados por las Entidades de Bien Publico con el apoyo de la Municipalidad de Merlo, seguido desde muy cerca todo el proceso de puesta en marcha por el Dr. Raul Othacehé. El éxito es indiscutible, los merlenses se volcaron los lugares de festejo y participaron con la familia de un perdido festival argentino, "El Corso"
Momo, Carnaval y Corso
(Dedicado al carnaval merlense)
Ultrajado, perseguido y torturado
cae Momo en las garras de la represión,
quieren borrar la felicidad y la risa
esta acusado de alborozo y diversión.
Momo, el rey de las chanzas y las bromas
hijo del sueño y la noche,
aguardo en las oscuras mazmorras
desamparado como un triste fantoche.
Atesoro en sus baúles de serpentina
todos los juegos y la diversión,
su imagen se torna transparente
hasta que Cristina logra su liberación.
Rotas las cadenas y en libertad
Momo estalla en carnaval,
recupera Argentina la magia
la familia de celeste y blanco
invade escenarios, calles y plazas.
Mariano Acosta fue la excepción
las campanas de la risa
entrelazaron a la gente,
el pueblo como una ola de mar
las veredas colmaron
y la fiesta se hizo presente.
Don Raúl, el hacedor merlense
se convierte en murga, espuma y comparsa,
los artistas fueron el pueblo
la libertad es un ave que no descansa.
Momo en absoluta independencia
proyecta fantasías en los niños,
asombrados por la danza y el estruendo
de una magia que por primera vez veían.
Autor: Miguel Angel Figueiras G.
6 de marzo de 2011
Escenario de Mariano Acosta / Merlo / Buenos Aires |
El carnaval que se festeja en nuestro país tiene su origen en las fiestas cristianas, ya que son los tres días anteriores al miércoles de cenizas-sábado, domingo y lunes- que es cuando comienza la cuaresma, esos tres días eran festejados a pleno porque luego vendría el ayuno. Durante el carnaval liberamos nuestro yo interior, los humildes se disfrazan de pudientes y al revés, personas disfrazadas de animales, hombres transformados en mujer y mujer en hombre, etc. es un tiempo de sueño, se encarna el papel se lo que se quiere ser por 3 días. La costumbre que sobrevivió a los cientos de años fue la de arrojarse agua, aun a pesar de la prohibición de las autoridades, a raíz de los accidentes. Recuerdan las crónicas del pasado que nadie quedaba afuera del carnaval, todos se divertían en esos tres días donde la ciudad se convertía en un campo de batalla, pobres, ricos, negros, blancos, conocidos y desconocidos. Domingo F. Sarmiento era un fanático del carnaval y no se molestaba cuando le arrojaban agua siendo presidente.
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