LEALTAD: Una LEY no escrita, pero grabada a
fuego en el alma y el corazón de algunos
hombres y mujeres, valor por excelencia, hoy sin valor, vuela
alegremente como una alondra sin donde anidar.
No olvidemos el beso de Judas. |
La lealtad es el cumplimiento de aquello que exigen las
leyes de la fidelidad y el honor
que el nacer esta impostado en nuestro ser. Según ciertas convenciones, una
persona de bien debe ser leal a su familia, al prójimo, a las instituciones que lo representan, las organizaciones con las cuales esta comprometido y a su nación.
Y..., hablando de judas. |
La
lealtad es una virtud
que anida en la conciencia y que implica cumplir con un compromiso aun frente a
circunstancias cambiantes o adversas. Se trata de una obligación que uno tiene
para con el prójimo.
Lealtad sin medida, ¡ejemplar! |
Lo
contrario de la lealtad es la traición, (muy en
boga por estos tiempos) que supone la violación de un compromiso expreso o
tácito. El caso más comúnmente citado es la infidelidad en una relación de pareja: no ser leal a esa persona con la cual se estableció un
lazo sentimental es considerado una traición.
Deslealtad en el amor, es defraudarse a uno mismo. |
Los
trabajadores, por otra parte, deben mostrar lealtad a su empresa; en algunos casos, se firman contratos de
confidencialidad, que exigen a los empleados la absoluta reserva con respecto a
las actividades que realiza en su horario de trabajo, sea que se trate de
ideas, nombres de productos o decisiones de la compañía, tales como una
estrategia de mercado.
Sin palabras |
En
algunos países, existe una ceremonia mediante la cual los ciudadanos expresan
su compromiso y su fidelidad a su patria, que se conoce con el nombre de “jura de la bandera“. (Caso ejemplar en nuestro país) Se habla de
lealtad, además, para hacer referencia a la gratitud, compañerismo y
amor que algunos
animales son capaces de mostrar a las personas.
Soy leal bajo mi propia conveniencia |
El perro y el caballo suelen ser mencionados como animales
leales, capaces de arriesgar sus propias vidas para salvar a sus familiares
humanos. Con respecto a esta visión en particular, es necesario hacer ciertas
aclaraciones. Un antiguo adagio dice: “Cuando
mas conozco a cierta gente, mas quiero a
mi perro”
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