SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 10 de febrero de 2018

Lectura de VACACIONES: Por amor un hombre construyó el Taj Mahal, ¿usted ya le construyó un palacio al amor de su vida?


Tenemos que remontarnos al año 1607 para comenzar la historia, cuando un príncipe, Shihab-ud-din Muhammad Khurram, de tan solo 20 años de edad, heredero del Gran Imperio Mongol, conoce a una joven persa-musulmana llamada Arjumand Bano Begum, en un bazar donde ésta vendía cristales. Admirado por su belleza no fue siquiera capaz de dirigirle la palabra en un primer momento. 

Era bella, inteligente y culta, pero las razones de estado interfirieron con la temprana pasión: el príncipe fue obligado a tomar por esposa a una princesa como él, hija del rey de Persia. Sin embargo, la ley musulmana vino en su ayuda: permitiendo que un hombre tuviera cuatro esposas.

Consultando la fecha con los astrólogos de la corte, se llegó al día del casamiento. Shihab-ud-din Muhammad Khurram, por fin pudo reunirse con su amada en el año 1612, después de cinco años impedido de verla. Poco después, el nombre de ella sería cambiado por otro: Mumtaz Mahal, qué significa, literalmente, ‘la elegida del palacio’. El príncipe, que luego fue el emperador Sha Jahan, fue un prolífico mecenas, con recursos prácticamente ilimitados.

En 1631, tras 19 años de matrimonio y unos años después de la ascensión de éste al trono como Sha Jahan, cuando le acompañaba en su campaña en el Decán, Mumtaz murió al dar a luz a su decimocuarto hijo y el emperador, en su memoria construyó el mausoleo de Taj Mahal, con el que quiso ofrecerle el palacio y la corona que no tuvo en vida
La construcción del Taj Mahal se inició después de la muerte de la emperatriz y duró veintidós años; intervinieron unos veinte mil trabajadores y costó cuarenta millones de rupias.  Ésta se realizó según los planos de un consejo de arquitectos procedentes de India, Persia y Asia central, aunque parece que el auténtico inspirador fue el propio emperador. 
Se conocen los nombres de algunos de los maestros que participaron en la empresa: el turco Ismail Afandi, que diseñó las cúpulas; Qazim Khan, de Lahore; Chíranji Lal, de Delhi, que se encargó de los mosaicos; el cantero Amir Ah, de Beluchistán; Amanta Khan, de Shiraz (Persia), insigne calígrafo. El maestro de obras fue el turco Listad Isa; la leyenda cuenta que, cuando el edificio estuvo acabado, Jehan ordenó cortar su mano para impedir que pudiese repetir una obra semejante.
Lo cierto es que en Agra se reunieron las mayores riquezas del mundo: el mármol, principal material de construcción, fue transportado en elefantes desde el Rajasthan; jade y cristal de la China, turquesas del Tibet, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen, záfiros de Ceylán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de Rusia, cuarzo de los Himalayas, diamantes de Golconda y ámbar del océano Indico.

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