El uso común de Internet
y la posesión de teléfonos móviles, junto con la combinación de ambos con los
smartphones, se está produciendo a una velocidad inesperada. De esta manera,
las personas son capaces de comunicarse y distribuir información de forma
inmediata, provocando la intercomunicación de las personas y un nuevo modelo de
relaciones sociales (Agustina, 2010; Ryan, 2010).
Aunado a ello, es importante considerar las
consecuencias que puede generar el progreso tecnológico a largo plazo, tomando
en cuenta que cada vez es más rápido e impredecible, al igual que permea diferentes áreas de la vida, incluida la sexualidad.
Los siguientes son cambios recientes en nuestra
manera de relacionarnos y de vivir, basados en la relación entre las nuevas
tecnologías y la sexualidad.
Internet: En la actualidad, la
principal fuente de información de todo tipo es Internet, abreviatura de las palabras
en inglés Interconnected Networks, lo cual significa “redes interconectadas” y
hace referencia a la unión de todas las redes y computadoras distribuidas por
todo el mundo (Arranz, Eskoriatza, 2007).
Es común que jóvenes y
adultos utilicen este medio para obtener información
acerca de dudas o inquietudes que tengan respecto a la sexualidad.
Sin embargo, al hacerlo, se pueden encontrar con diferentes tipos de
información, pudiendo ser fuentes confiables que contengan datos congruentes o
sitios donde la información no sea certera y provoque mayor confusión en los
navegadores.
Contenidos para adultos en la web: La pornografía, al
contar con un libre acceso a su contenido, puede ser vista por personas de
todas las edades, y así, afectar la identidad
sexual, la autoimagen y las relaciones interpersonales de
los mismos.
De acuerdo a Klaus Beier, profesor de Sexología en
la Clínica Universitaria Charité de Berlín, el 30 % de los niños entre 8 y 13
años ya han visto contenidos pornográficos, generando ideales difíciles de
conseguir en la vida real, como encuentros sexuales poco
realistas y expectativas exageradas de la pareja, creando
también una idea preconcebida de cómo deben actuar.
Es evidente que internet ha influido sobre la
sexualidad de las nuevas generaciones, habiendo personas que pueden distinguir
entre ficción y realidad, utilizándolo como una fuente más de erotismo sin
sufrir algún perjuicio, sin embargo, no ocurre de esta manera en todos los
casos.
Más tecnología no implica mejores
relaciones íntimas:
A manera de conclusión, este tipo de aplicaciones y
dispositivos tecnológicos, posibilitan la comunicación con los demás sin tener
la necesidad de recurrir a las relaciones cara a cara, disminuyendo las
habilidades sociales y herramientas para generar una vinculación afectiva
duradera. El hecho de que el número de medios para mantener comunicación haya
aumentado no significa que la comunicación, el contacto y la interacción entre
las personas mejoren.
La formas en que las personas establecen vínculos
ha cambiado con el paso del tiempo. La manera en que se vive la sexualidad así
como los relatos y sus contenidos también ha cambiado, generando conflictos como desconfianza en las parejas a
causa de un “me gusta” en redes sociales, tal vez como tema de una discusión
interminable escuchar el “me dejo en visto”, o el distanciamiento en la pareja
a causa de la preferencia por satisfacer sus necesidades sexuales únicamente a
través de medios digitales como pornografía o realidades virtuales.
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