SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 17 de febrero de 2020

DELITOS FINANCIEROS: El Papa reflexionó sobre “las leyes que regulan las relaciones interpersonales y, por lo tanto, su legalidad, así como los valores éticos que rigen en su trasfondo”.


El Papa Francisco destacó la eficacia del Estado del Vaticano en la prevención y detección de delitos financieros gracias a las últimas reformas legislativas introducidas de acuerdo con las normas internacionales.

El Pontífice realizó esta valoración en la mañana de este sábado 15 de febrero en la inauguración del Año Judicial del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano que presidió en el Palacio Apostólico.
Ante el promotor de justicia, los prelados auditores, los oficiales, los abogados y los colaboradores del tribunal, el Santo Padre pronunció un discurso en el que puso en valor los esfuerzos del Vaticano por modernizar y adecuar su legislación mediante una serie de reformas que respondan a la misión de la Iglesia.
El Papa reflexionó sobre “las leyes que regulan las relaciones interpersonales y, por lo tanto, su legalidad, así como los valores éticos que rigen en su trasfondo”.
Respecto a este asunto, el Pontífice destacó las reformas introducidas durante el último decenio en la legislación vaticana y, en concreto, en el ámbito penal.
Esas modificaciones, aclaró Francisco, se deben tanto a una necesaria modernización como, principalmente, a la necesidad de respetar los compromisos internacionales que la Santa Sede ha asumido en el Estado Vaticano.
Los compromisos citados por el Papa “se refieren sobre todo a la protección de la persona humana, amenazada en su misma dignidad, y a la tutela de grupos sociales, con frecuencia víctimas de nuevas, odiosas, formas de ilegalidad”.
El principal desafío de estas reformas se encuentra insertado dentro de la misión de la Iglesia, “forma parte integrante y esencial de su actividad ministerial”.
“Eso explica el hecho de que la Santa Sede insista en compartir los esfuerzos de la comunidad internacional para la construcción de una convivencia justa y honesta, además de atenta a las condiciones de los más desfavorecidos y de los excluidos, privados de los bienes esenciales, con frecuencia golpeados en su dignidad humana y reducidos a invisibles y descartados”.
El Papa explicó que la Santa Sede está desarrollando “un proceso de conformación de su legislación a las normas del derecho internacional y, en el plano operativo, está comprometida de forma particular en la lucha contra la ilegalidad en el ámbito de las finanzas a nivel internacional”.
Para ello, “ha promovido relaciones de cooperación y de intercambio de políticas e iniciativas de contraste, creando sistemas internos de vigilancia y de intervención capaces de realizar servicios y controles eficaces”.
“Tales acciones han sacado a la luz recientemente situaciones financieras sospechosas que, más allá de su posible ilegalidad, o se ajustan a la naturaleza y los objetivos de la Iglesia, y han generado desorientación e inquietud en la comunidad de los fieles”.
Se trata de “hechos que examina la magistratura y que deben aclararse todavía por cuanto se refiere a los perfiles de relevancia penal. Por lo tanto, no es posible pronunciarse sobre ellos en esta fase”.
El Papa valoró como un hecho positivo el que los primeros informes sobre estas posibles ilegalidades partieran de las autoridades internas del Vaticano.
“Esto demuestra la eficacia y la eficiencia de las medidas de contraste, tal y como exigen las normas internacionales”.
En ese sentido, subrayó que “la Santa Sede está firmemente decidida a continuar por el camino emprendido” “también mediante el inicio de nuevas formas de cooperación judicial tanto a nivel de los órganos instructores como de los organismos de investigación, en las formas previstas por las normas y la práctica internacionales”.

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