El presidente de la Asociación Latinoamericana de
Desalación y Reúso de Agua (ALADYR), declaró que los costos ya
no son una barrera para que las zonas costeras de alto estrés hídrico en
la región adopten las tecnologías que les permitan potabilizar el agua a partir
del océano como fuente. “Las brechas entre el suministro de agua potable de
fuentes convencionales y la proveniente de la desalinización de agua de mar se
han estrechado considerablemente”
Explicó
que cada vez se hace más costoso potabilizar el agua proveniente de los cuerpos
superficiales de agua dulce por factores como la polución general, escasez y
los llamados contaminantes emergentes; mientras que la evolución
tecnológica ha reducido los costos de la desalación convirtiendo esta opción en
una alternativa más accesible.
Agregó
que Latinoamérica enfrenta una reducción en la disponibilidad del agua debido a
varias causas como el cambio climático, estrés hídrico, contaminación,
crecimiento de la población e incremento de la actividad económica y que estas
condiciones han dado mayor relevancia a la discusión sobre alternativas para
garantizar el acceso al agua para todas las actividades. Pinto detalló que los
costos de la desalación han bajado notoriamente en los últimos 40 años y que
con el desarrollo de la tecnología de Ósmosis Inversa se ha pasado de una media
de 10 dólares por metro cúbico de agua a alrededor de 0.5 USD/m3.
La necesidad de diversificar las fuentes de agua y
aumentar la disponibilidad ha estimulado la evolución de la Ósmosis Inversa
para el tratamiento. Actualmente se produce agua desalinizada en diversos
países con más de 20 mil instalaciones de diferentes tamaños. Los países de la
región Latinoamericana con más uso de desalinización de agua de mar son Chile y
México. También que aquellos donde se ve mayor crecimiento para la
desalinización son Brasil, México y Perú. “La mayoría de la desalinización de
agua de mar es usada para las aplicaciones potable e industrial”, representando
una oportunidad
gigantesca para la industria agrícola.
Recalcó
que el costo de desalinización de agua de mar es más alto que el de tratar
aguas superficial o subterráneas, pero que al final “el agua más
costosa es el agua que no se tiene” y acceder a fuentes
superficiales para muchos países no es una opción.
Pinto
argumentó que los costos de construcción, equipamiento y operación se han
reducido y que los financieros están sujetos a las condiciones específicas del
contexto de la inversión.
“Los
costes de producción del agua desalinizada son muy complejos. Por ejemplo, un
m3 de agua desalinizada puede costar 0.5 USD/m3 en una planta grande en el
Medio Oriente o pueden costar 0.89 USD/m3 para uno similar en México. El principal
gasto es el energético” puntualizó; no obstante existen vías
para reducirlo, especialmente si la empresa u organización promueven economía
circular.
Según información recabada de las prestadoras de
servicios de varios países de Latinoamérica, Pinto estimó que el precio
promedio del metro cúbico para uso residencial es de 0.61 dólares. También
calculó que la media de consumo en la región es de 6.1 m3 por persona al mes.
Por tanto, el costo mensual del suministro de agua potable proveniente de la desalinización
de agua de mar sería de 7.4 dólares por persona.
“El costo sería el equivalente al de comprar 8
botellas de 1.5 litros
de agua de una marca de consumo regular en Chile” Entonces concluimos que el suministro de agua
residencial a partir de la desalinización de agua de mar es económicamente
viable en América Latina a partir de los avances tecnológicos que permitieron
su optimización.
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