La nutrigenética es la rama de la
genética que estudia la relación entre los genes y la respuesta individual a la
dieta. Así, intenta contestar a la pregunta que siempre nos hemos hecho
relacionada con la alimentación: ¿por qué dos personas comiendo lo mismo
responden a una misma dieta de forma tan diferente?
Gracias a los avances científicos,
actualmente sabemos que en nuestra salud interviene nuestra genética, que
determina en un 30% nuestra mayor o menor predisposición a padecer problemas de
salud en algún momento de nuestra vida, y que viene definida y no podemos
controlar. El 70% restante depende de factores ambientales que sí son
modulables, como la alimentación o la práctica de ejercicio.
¿Qué estudia la
nutrigenética?
La nutrigenética estudia nuestro ADN
para conocer las predisposiciones negativas que nos afectan. El ADN o Ácido
Desoxirribonucleico es una molécula muy compleja que se encuentra en el núcleo
de todas las células de cada organismo. El ADN de los seres humanos contiene
aproximadamente 30.000 genes. Todos compartimos el 99,9% de esa información
genética y es el 0,01% lo que nos hace diferentes y determina nuestras características
antropométricas, fisiológicas, metabólicas y de comportamiento.
En el año 2001, cuando se desveló la
secuencia del genoma humano, se descubrió que existen pequeñas variaciones
genéticas, denominadas SNPs (Single Nucleotide Polymorphisms), que están
relacionadas con el desarrollo de algunas enfermedades concretas. Mediante el
análisis de esos SNPs en nuestro ADN, podemos saber si tenemos predisposición o
no a padecer esos problemas en el futuro.
¿Cómo se aplica la
nutrigenética a la dieta?
La nutrigenética tiene como objetivo
generar recomendaciones nutricionales de acuerdo al acervo genético de las
personas. Hasta hace no mucho, las dietas tradicionales sólo tenían en cuenta
los factores ambientales comentados anteriormente, y como mucho, aspectos
individuales como la edad, el sexo, la talla, el ejercicio físico y algunas
variables bioquímicas. Con esta base, se ofrecían pautas alimenticias generales
para grandes grupos de población, sin considerar en detalle la especificidad
genética del individuo.
Sin embargo, en la actualidad, los
avances en la nutrigenética nos ayudan a establecer qué alimentación debemos
seguir para prevenir una serie de enfermedades identificadas a partir del
análisis de nuestro ADN y que pueden evitarse o modularse mediante unas pautas
dietéticas concretas. De esta forma, se alcanza la máxima personalización de la
dieta.
No obstante, las recomendaciones
dietéticas nunca pueden venir determinadas únicamente por el análisis genético,
sino que éste debe complementarse con los datos obtenidos a través de un
análisis antropométrico, bioquímico y de historia familiar y dietética, y
siempre con el asesoramiento de un profesional nutricionista.
¿Cómo funciona un
test nutrigenético?
Los test nutrigenéticos estudian el ADN
a través de un análisis de saliva con el objetivo de observar e identificar las
variables genéticas de la persona que le hacen reaccionar de manera distinta a
los alimentos y tener mayor o menor predisposición a determinados problemas de
salud.
Por ejemplo, se conocen más de 40 genes
asociados al desarrollo de la obesidad. Una persona que tenga la mayoría de
estos marcadores genéticos tendrá más probabilidades de ser obesa si no cuida
la dieta.
Sin embargo, conocer estas
predisposiciones no significa padecer esas enfermedades. Sólo implica mayor
riesgo que la población general en padecerlas. La genética sólo nos predispone,
ya que hay más factores que influyen en el desarrollo o no de una enfermedad.
Conocerlas es importante para establecer medidas encaminadas a minimizar ese
riesgo.
Además, es muy importante que este tipo
de recomendaciones nutricionales estén respaldadas por un profesional sanitario
con conocimientos en nutrición que sepa interpretar los datos para pautar una
dieta completamente personalizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario