RECONOCIMIENTOS: Premio Florián Paucke de la provincia de Santa Fe. 1987: premio Estrella de Medicina para la Paz de las Naciones
Unidas. Doctor honoris causa de la Universidad Nacional de Rosario. En
1988 y 1993 fue propuesto al Premio Nobel de la Paz., El Día Nacional del
Medico Rural se celebra en Argentina en su honor-
En 1930 se graduó de médico y viajó a
Resistencia, Chaco, donde instaló un consultorio. Viajó a la Isla del Cerrito,
donde la lepra hacía estragos e impulsó la construcción de un lazareto para la
atención de los enfermos. Publicó numerosos artículos en el periódico La voz del Chaco y dictó conferencias sobre diversos temas como lepra,
lactancia e incluso sobre los alcances de la ley 9.688, de accidentes de
trabajo, donde se granjeó no pocas enemistades por asesorar a los trabajadores
sobre cómo defender sus derechos. “Los capitalistas me tenían entre ojos, y
como yo atacaba al gobierno militar del señor Uriburu, la policía me
perseguía”.
Partió entonces rumbo a Paraguay donde comenzaba la
Guerra del Chaco Boreal. Ofreció sus servicios de médico y, aunque pasó un
tiempo en prisión sospechado de espionaje, pudo ejercer su profesión en el
Hospital Naval, donde fue designado director. En Paraguay se enamoró Aurora
Ebaly, una muchacha de 20 años que murió de fiebre tifoidea en diciembre de
1934. “Lo único que me retuvo en el Paraguay fue la guerra. Tanto sufrí con su
muerte que nunca más me volví a enamorar”, recordaría años más tarde.
Fue entonces, al terminar
la guerra, que Maradona regresó a la Argentina y se encontró con su destino de
médico rural en Estanislao del Campo. Cobraba muy poco e incluso atendía gratis
a los habitantes de las comunidades indígena del lugar, formada por tobas,
matacos, mocovíes, pilagás. Así lo recordaría tiempo después: “Cuando conocí a
los indios comprendí que eran seres postergados, que habían soportado siglos la
explotación, el desprecio y el olvido. Sentí un gran dolor en el corazón”.
En varias oportunidades fue
nominado para el premio Nobel. “No quiero recibir el Nobel. Y si me obligaran,
donaría todo el dinero para la niñez. Porque, una vez que yo parta, no quiero
que quede un solo chico sin saber leer, escribir y sin atención médica. Ellos
son los verdaderos dueños del país”, manifestó alguna vez.
Dejó varias obras escritas,
entre las que se destacan El problema de la lepra, El problema
del vinal, A través de la selva, libro editado en
1936 y 1972, donde expone las costumbres de los aborígenes y sus problemas; Recuerdos
campesinos, sobre las costumbres de gauchos; un estudio de árboles
y arbustos y sus propiedades medicinales, que llamó Dendrología; Animales cuadrúpedos americanos, Aves, Plantas
cauchígenas, Historia de la ganadería argentina, Vocabulario
toba-pilagá y Páginas sueltas, que reúne su labor
periodística.
En 1986 se enfermó y volvió
a su provincia natal donde pasó sus últimos años de vida con su familia.
“Declinando por la ley biológica, como hojas que caducan con el tiempo, espero
el término de mi vida en este lugar donde transité los primeros años de mi
niñez”, escribió en una carta a Tomás Martínez en octubre de 1988. Murió el 14
de enero de 1995, en Rosario, a los 99 años.
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