El género Brugmansia posee
aproximadamente diez especies, la mayoría nativas de la región andina del norte
de Sudamérica. Pertenece a la familia Solanaceae, al igual que el jitomate, los
chiles y la papa. Existen numerosas variedades cultivadas, divididas en grupos
de acuerdo con la forma de sus flores.
A pesar de que Brugmansia x candida es un híbrido
( es decir, producto de la cruza artificial de las especies B. aurea x B. versicolor)
se ha propagado a los sitios con vegetación natural en muchas regiones. Fue
descrito en 1805 por Christiaan Hendrik Persoon, destacado micólogo y botánico
sudafricano–francés. El nombre genérico honra al botánico holandés Sebald
Justinus Brugmans (1763–1819) y el epíteto específico candida significa
“muy blanca” debido al color de la flor de la primera variedad descrita.
Hoy en día el floripondio es apreciado como planta de
ornato por la belleza, tamaño y aroma de sus flores, semejantes a trompetas, y
por la facilidad para propagarlo y reproducirlo a partir de estacas. El clima
de Xalapa y regiones cercanas propicia las condiciones óptimas para el rápido
establecimiento de estos arbustos que hoy en día adornan muchos parques y
jardines públicos y privados.
Los floripondios atraen también a gran cantidad de
polinizadores, entre ellos varias especies de abejas, moscas, escarabajos,
polillas y mariposas.
Las plantas del género Brugmansia contienen
sustancias alcaloides, hiosciamina y escopolamina, que son altamente tóxicas y
pueden provocar alucinaciones, la depresión del sistema nervioso central, parálisis
y la muerte. Popularmente se dice que el agradable aroma que despiden las
flores en horas vespertinas tiene un efecto somnífero y que para remediar el
insomnio puedes colocar una flor fresca debajo de la almohada, dicen…,
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