Desde Brooklyn se cultivan calabazas en moldes para
crear vasos y tazas para la demanda que se tiene en las cafeterías,
restaurantes y fuentes de soda del mundo que sirven bebidas calientes. Los vasos
convencionales de café o té están recubiertos de polietileno que son muy
contaminantes, por lo que presentar un modelo sostenible es un alivio para el
planeta.
El estudio CRÈME, con sede
en Brooklyn, presenta unas atractivas tazas con una presencia orgánica y con
una durabilidad destacada y que no presentan ninguna afectación para el planeta.
Los cambios en el clima en regiones con climas agradables con cuatro estaciones
equilibradas, permiten pensar que cada día los efectos serán de un impacto de
mayor consideración. Por lo que se necesita hacer cambios de forma inmediata.
De forma providencial se
cuenta con la ayuda de la naturaleza. Se puede soñar con un producto que no
afecte el ecosistema y que pueda ser rentable para los cultivadores,
diseñadores y vendedores finales. La cantidad de desperdicios que se producen por razón de los
vasos desechables de un solo uso son muy impactantes. Tiendas famosas como
Starbucks han utilizado 2.600 millones de vasos en sus tiendas durante un año.
Esa cifra es alarmante.
CRÈME
en sus estudios pudo identificar las calabazas como una planta de muy rápido crecimiento.
La verdura conocida ha desarrollado de forma natural, una piel exterior fuerte,
y una pulpa interior fibrosa. El estudio para su proyecto, exploró esta
artesanía centenaria. Para esto hizo un estudio que incluyó revisar la historia
donde comunidades ancestrales usaron métodos parecidos. Por lo que la sabiduría
ancestral vuelve a la palestra.
La fabricación de los
moldes se proporcionan a los cultivadores que lo colocan en la planta en el
espacio donde va a tener su desarrollo. Esto debe colocarse cuando se empieza a
ver la pequeña calabaza. Una vez secas las calabazas su fuerte piel exterior y
la fibra en su carne interior se vuelven impermeables. Listas para darle un uso
sostenible. Actualmente se está explorando métodos novedosos para darle una
producción en masa.
Por citar una alternativa,
CRÈME está explorando utilizar una lente moderna para crear un producto que
pueda ser producido en masa. Mediante el uso de moldes impresos en 3D, pueden
convertir las calabazas en formas funcionales personalizables, como tazas y
frascos.
Una
vez secas las calabazas su fuerte piel exterior y la fibra en su carne interior
se vuelven impermeables. Listas para darle un uso sostenible. Actualmente se
está explorando métodos novedosos para darle una producción en masa.
Por citar una alternativa,
CRÈME está explorando utilizar una lente moderna para crear un producto que
pueda ser producido en masa. Mediante el uso de moldes impresos en 3D, pueden
convertir las calabazas en formas funcionales personalizables, como tazas y
frascos.
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