En la mitología griega se menciona la Caja de
Pandora como un curioso regalo de los dioses...
Cuenta la leyenda que, tras haber robado el titán Prometeo el fuego de los
dioses para regalarlo a los hombres y el castigo que Zeus le impuso por tamaña
osadía, su hermano Epimeteo recibió como regalo de los Olímpicos una compañera:
Pandora. Ésta fue dotada con todos los encantos que los dioses podían
proporcionarle: Afrodita le dio la belleza, Hermes la elocuencia, Atenea la
sabiduría, Apolo la música...
Cuando
Pandora se presentó ante Epimeteo, lo hizo acompañada de otro regalo de Zeus:
una caja cerrada, que bajo ningún
concepto debía ser abierta. Epimeteo, deslumbrado ante la gracia y la belleza
de Pandora, ignoró la promesa hecha a su hermano Prometeo de no aceptar jamás
regalo alguno de los dioses olímpicos, pues eran astutos y traicioneros, y la
aceptó como compañera, aceptando al mismo tiempo la caja que la acompañaba, que
escondió en lugar seguro...
Pero la curiosidad
pudo con Pandora, y un día que Epimeteo dormía le robó la llave del lugar donde
escondía la caja, y la abrió para espiar su contenido. Al levantar la tapa,
grande fue su desilusión al encontrarla vacía, pero era porque en ese mismo
momento escaparon de ella todas las desgracias y males que podían afectar al hombre,
y se extendieron por el mundo: enfermedades, sufrimiento, guerras, hambre,
envidia, ira...
Mas todavía le dio tiempo a vislumbrar en el
fondo de la caja algo que aún no había escapado, y corriendo la cerró. Lo que
pudo conservar en el fondo de la caja fue la Esperanza, que no consiguió
escapar. De ese modo fue sellado el destino de todos los hombres, que a partir
de entonces padecieron toda suerte de males..., pero incluso en medio de los
más terribles de ellos, siguen conservando la Esperanza...
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