SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 30 de abril de 2023

HOY VISITAREMOS el ENIGMÁTICO CASTILLO de HIMEJI, para ver y asombrarse de lo que es capaz en ser humano.

 



El Castillo de Himeji, en el oeste japonés, pertenece a este tercer tipo. Fue construido en una colina llamada Hime-yama y está rodeado por una llanura.
Los constructores de castillos generalmente erigían una tenshukaku (torre principal) en el lugar más alto de los terrenos del castillo. La torre se elevaba por encima de la construcción general y ofrecía un inmejorable observatorio para espiar los movimientos del enemigo en el área. Así mismo, simbolizaban el poder del señor del castillo.



El área circundante a la torre principal constituía uno de los lugares más importantes del castillo y era llamada honmaru (recinto principal). Otros emplazamientos, como ninomaru y sannomaru eran a menudo situados en una suerte de espiral alrededor del recinto principal. En el Castillo de Himeji, el recinto principal era donde se tomaban las decisiones políticas. El señor del castillo, junto con su familia y parientes, establecía su residencia en ninomaru, sannomaru nishinomaru (recintos secundario, terciario y occidental, respectivamente), y los terrenos del castillo no han sufrido ningún cambio desde aquellos tiempos.




La función más importante de un castillo era la defensa contra los ataques del enemigo. Alrededor del Castillo de Himeji existía una red de fosos. Las piedras de las bases de los muros y las rampas proveían de una defensa extra, algunas elevadas entre recintos y pasadizos, haciendo extremadamente difícil la incursión del enemigo.
Un aspecto interesante de las piedras de la base de los muros es su perfil. Se elevan de forma gradual y en las partes más altas toman una forma curva hacia fuera. Este efecto curvo, llamado ogi-no-kobai (inclinación en forma de abanico plegable), las hace muy difíciles de escalar y aportan un toque de belleza, por la que son conocidos los castillos japoneses.




Los fosos de muchos castillos contienen agua y cuando la topografía lo permitía era utilizada el agua de los ríos. En el caso de que el enemigo consiguiera cruzar el foso, tendría que superar también la puerta principal (ote-mon) y otras puertas. Desde allí, la única manera de llegar al recinto principal es a través de una suerte de laberinto que incluía recintos de seguridad, muchas puertas y pasadizos sin salida. De hecho, usted deberá zigzaguear desde la torre principal para seguir adelante, lo que le dará la impresión de que se encamina en una dirección errónea, incluso cuando usted está muy cerca.




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