SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 28 de enero de 2016

NOTIMEX : Desde México se preguntan si es “Milagro Sala la primera presa política del macrismo en Argentina”

Buenos Aires, 25 Ene (Notimex).- La detención de la líder Milagro Sala provocó un clima de tensión en Argentina, ante el temor de que el gobierno de Mauricio Macri consolide una estrategia para criminalizar la protesta social, lo que ya ha sido criticado incluso por Amnistía Internacional.

Sala, quien es considerada por algunos sectores como la primera presa política del macrismo, fue detenida el pasado 16 de enero en su casa en Jujuy, una provincia del norte del país en donde dirige a la Túpac Amaru, una poderosa organización social que cuenta con más de 70 mil afiliados.

La lideresa, quien además es diputada del Parlamento del Mercosur (Parlasur), fue acusada de “Instigación a cometer delitos y tumultos en concurso real” debido al plantón que su organización inició en diciembre pasado ante la Casa de Gobierno, en protesta por el recorte de subsidios.
Los delitos que se imputan a Sala son excarcelables, sin embargo permanece recluida en una cárcel mientras en el país se multiplica el debate por una detención que fue promovida por el gobernador Gerardo Morales, uno de los principales aliados del presidente Macri.
Presidente Mauricio Macri y Gobernador de Jujuy Gerardo Morales.

Morales apenas asumió la gubernatura en diciembre pasado, pero hace años que mantiene un fuerte enfrentamiento con Sala, cuya influencia y liderazgo se basan en la operación de múltiples programas sociales, entre ellos la construcción de viviendas y escuelas que han beneficiado a miles de familias.
Los defensores de Sala argumentan que las críticas en su contra tienen que ver con la discriminación que provoca su condición de mujer pobre e indígena, en tanto que sus detractores denuncian presuntos actos de corrupción y presiones violentas a los miembros de la Túpac Amaru que se rebelan a la dirigente.
En los hechos concretos, esta mujer de 51 años es reconocida por muchos de sus afiliados por haberlos convencido de que podían autoorganizarse para tener casa y trabajo, además de enorgullecerse de su condición de indígenas.
Como ejemplo de la influencia cultural de Sala está la clase de “autoestima” que se imparte en las dos escuelas que maneja la organización en una de las provincias más pobres y con mayor población indígena del país sudamericano.
El caso de Sala es de tal gravedad que Amnistía Internacional inició una campaña para exigir su liberación inmediata, porque “estamos frente a un claro intento de criminalizar las prácticas relacionadas con el ejercicio del derecho a la protesta y a la libertad de expresión”.
En el mismo sentido el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, sostuvo que la dirigente debe ser investigada en un marco legal correcto, no por encabezar protestas sociales, “porque esto es criminalización” y forma parte de la política de represión que Macri pretende imponer a nivel nacional.

La detención de Sala también es interpretada como “revanchismo”, ya que la dirigente fue una de las principales aliadas de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, de quienes Macri y Morales fueron opositores.

Este lunes, mientras el juez a cargo de la causa contra la diputada advertía que podía ser condenada hasta a seis años de prisión, Morales insistió en que la Túpac Amaru es una “organización delictiva” y reveló que Macri “apoya totalmente lo que estamos haciendo”.

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