La
abuelidad hace referencia a la relación entre abuelos y nietos, al vínculo y la
función particular que se establece entre ellos. Contiene la idea de los abuelos como parte activa en
la conformación de la subjetividad de los nietos, en la organización familiar y
como pieza fundamental de la transmisión intergeneracional.
Abuelos de hoy: Si bien aún
se encuentran formas de abuelidad más “tradicionales” en las que los abuelos se
encargan del cuidado de los nietos y, por ende, forman parte de su crianza, los
abuelos de hoy se mantienen mucho más ocupados. Algunos continúan trabajando y otros,
más allá de haberse jubilado, sostienen una vida social muy activa y no
necesariamente la resignan para colaborar con el cuidado de los nietos.
La
importancia de los abuelos:
Más allá de la importancia de poder adaptarse a la realidad que rodea a una
familia y de analizar con qué recursos humanos se cuentan, es innegable que el
vínculo que se establece entre abuelos y nietos es realmente especial. Dejando
de lado la singularidad que la construcción de esta relación tendrá dependiendo
de cada abuelo y cada nieto, esta se encuentra rodeada de las condiciones
para establecer un vínculo estrecho y de cierta complicidad.
Los abuelos pueden manejarse de forma más distendida
con sus nietos ya que no deben anteponer los aspectos formativos o educativos
de la crianza. Los nietos pueden encontrar en los abuelos los aliados ideales y, muchas veces, tener las
gratificaciones anheladas que los padres no cumplen y ambos pueden entregarse a
un cariño infinito con pocas restricciones.
Por otro
lado, los abuelos siempre serán los representantes de la historia familiar, portadores
y transmisores de la memoria. Muchas veces, en el ejercicio de esta función,
se va fortaleciendo y estrechando el vínculo que arman con sus nietos. Es
habitual tener el recuerdo de alguna historia contada por un abuelo o abuela.
La importancia de los abuelos es indiscutible.
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