El trigo y el maíz se están vendiendo con intensidad. El cereal de invierno ya tiene compromisos de venta por un tercio de lo que se producirá (unas 8 millones de toneladas), cuando recién se empezó a cosechar, y, en el caso del maíz, unas once millones de toneladas ya están comercializadas a través de contratos futuros. Detrás de estos movimientos, no tan típicos para esta época, aparece en fantasma de los derechos de exportación, ante posibles aumentos con la llegada de la nueva gestión.
Datos claves, muy emparentados: Toda la mercadería con compromiso de venta estos meses se fijo al valor de retenciones actuales. Entonces, si hubiese un aumento en los derechos de exportación, todo este volumen ya vendido no tributará el extra para el Estado. Considerando esto, vale la pena recordar que una de las primeras medidas económicas que tomó el gobierno de Mauricio Macri, luego de su asunción, fue la eliminación de los derechos de exportación. De esta forma, puede existir cierta celeridad del gobierno que asuma para no perder más de la torta que reparten las agroexportaciones.
“Tradicionalmente, el productor dejó para último momento la venta de la soja. Siempre se posicionó en trigo y maíz, y esperó con la oleaginosa”, dice, respecto a la organización de las finanzas.
Siguiendo con el análisis, López anticipa que lo que puede pasar con el precio de la soja puede variar por múltiple planos, por eso aconseja ir fijando posición de precio para vender a los precios.
“Este viernes será clave para definir el precio de la soja en el Mercado de Chicago porque se emite otro informe del USDA, que será muy aclaratorio respecto a la cosecha norteamericana, considerando que está muy avanzada en Estados Unidos. Además, los mismos norteamericanos y los chinos están intentando definir algún tipo de acuerdo comercial, que puede seguir retocando los precios del mercado global”, manifiesta, entre los riesgos que están latentes.
Mirando datos oficiales, el analista advierte, con perceptible preocupación, que todavía restan por venderse 16 millones de toneladas de la “soja vieja” (ciclo 2018/19) y otras 5 millones de toneladas, que se entregó, pero que aun no tienen precio unificado. En total, 21 millones de toneladas.
“Hay mucho volumen de granos de soja disponible aun por venderse. Pero hay incentivos de venta. Actualmente, el precio disponible que se está pagando es de 252 dólares por tonelada, un valor que hace diez días no estaba. Y esto también impactó sobre la ‘soja nueva’, que se vendía a 235 dólares y, ahora, alcanzó los 246 dólares por toneladas”, describe el consultor, ante el atractivo de venta.
En este sentido, recomienda integrar y trazar un panorama para definir la intención de venta, el cual se puede jerarquizar de la siguiente manera: evaluar qué pasará con el precio luego del próximo informe del USDA: seguir con el monitoreo de los precios disponibles y futuros, y no esperar hasta el 10 de diciembre para tomar posición de venta.
Por el momento, la estrategia comercial en soja es una partida de ajedrez.
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