La Passiflora o Flor de la
pasión es una de las especies trepadoras más
populares en decoración. Este género de plantas está formado por enredaderas
que pueden llegar a alcanzar varios metros de altura y por vegetación rastrera.
Se la considera una planta trepadora
porque se ayuda de los zarcillos para
poder trepar. Éstos nacen de las hojas y muchas veces se desarrollan formando
masas enmarañadas.
Sus hojas aparecen de
forma alterna, son persistentes, perennes y tienen un limbo dividido en lóbulos
oblongos.
Pero, si hay algo llamativo en la Flor de la pasión, es su floración. Sus preciosas flores comienzan a aparecer en verano y se mantienen en la planta hasta el otoño. Hay especies de color azul celeste y otras de una tonalidad púrpura muy bonita. Además, suelen ser flores aromáticas, por lo que no solo tendrás un jardín bonito, también olerá muy bien.
Sus frutos tienen la forma
de un huevo, son naranjas y hay variedades de Passiflora en las que incluso
se pueden comer. Esta planta tan popular no solo cuenta con una apariencia
especial y destacable, también tiene mucha historia detrás.
Aunque la Flor de la pasión se la ha
considerado durante muchos años una planta relacionada con el erotismo, su
nombre y origen está vinculado a la religión, concretamente a la Pasión de
Cristo.
Y ahora te preguntarás,
¿por qué la Pasión de Cristo? Y la respuesta la encontrarás a continuación:
·
Los diez
pétalos que protegen la flor representan a los diez
apóstoles que se encuentran en la crucifixión de cristo.
·
Los filamentos de
los que dispone representan la corona de espinas que le pusieron en la cabeza
·
Los cinco
estambres representan a las cinco llagas que le
infligieron
·
Los tres pistilos son
los claves por los que se sujetó a la cruz el cuerpo.
Todo esto fue visto por un
padre jesuita, Manuel de Villegas, allá por 1610. Éste encontró similitud entre
las partes de la planta y los símbolos religiosos que envuelven la Pasión de
Cristo.
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