Nos gusta celebrar en familia cumpleaños, Navidad o cualquier
otro acontecimiento especial, o sin motivo, simplemente celebrar el afecto y la
vida, son momentos donde se consigue “conexión” se potencia el sentimiento de
unidad y es fundamental que niños y adolescentes estén presentes y participen
en las actividades divertidas de la reunión.
Son rituales familiares, organizadas a su propio estilo y sus
propios valores y especialmente fortalece el sentimiento de pertenencia e
identidad con el grupo. Los ritos familiares calan hondo y quedan almacenados
en la memoria emocional, se reviven en las siguientes generaciones las
costumbres que han sido vividas en las familias de origen, recreando ambientes,
emociones y sensaciones nutritivas para el alma.
Celebrar en familia consigue aumentar la confianza y el
conocimiento entre unos y otros. La conversación en familia ayuda a que los
niños expresen sus opiniones, deseos, inquietudes sobre determinados temas y
nos muestran sus emociones y sentimientos ante estos. Cuando valoramos sus
opiniones, les hacemos sentirse escuchados, notan que lo que dicen interesa a
los demás, los niños se sienten seguros, queridos, integrados y respetados por
sus familias.
Mediante las reuniones y celebraciones se ponen en práctica
las habilidades sociales de cada uno, de tal forma que aprenden a respetar
turnos para hablar, tener sus propias ideas… con lo que aprenden a ser más
comunicativos.
Las reuniones en familia son una buena oportunidad para
enseñar a resolver los problemas mediante la búsqueda de soluciones
compartidas, poner en práctica habilidades como la negociación, la cooperación,
mejorando así clima familiar, poniendo de manifiesto el arte a través de la
música, el canto, la poesía y el baile,
sin ser esto ultimo fundamental, pero en cada familia hay un artista que se
divierte y divierte a sus padres, hermanos, primos, tíos, tías, etc.
Finalmente, las reuniones familiares son una buena forma de
inculcar principios y valores como el respeto a los demás, la escucha, la
responsabilidad, entre otros de tal manera que fomenta la educación de valores
en familia.
¡GRACIAS familia por tanto
afecto!
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