SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 7 de diciembre de 2023

¿Por qué la SAL del HIMALAYA cobró más fama que la sal común? ¿Qué nos aconsejan los científicos en alimentación?

La sal es sal, no importa de dónde venga ni qué nombre atractivo tenga. Lo importante es reducir su uso y no consumir más cantidad que la recomendada. Entonces, ¿por qué la sal del Himalaya cobró mejor fama que la sal común? Algunas aclaraciones en este artículo.

 


La sal del Himalaya se obtiene de una mina de sal que se encuentra en Pakistán (el Himalaya es una cordillera que se extiende por varios países asiáticos). Se presenta al consumidor en forma de cristales de color rosado para ser molidos en el momento previo de ser utilizada o consumida.

¿Tiene menos sodio que la sal común?

El 98% de la sal del Himalaya es cloruro de sodio, mientras que el 99% de la sal común es cloruro de sodio. 1 gramo de cloruro de sodio (cuya fórmula química es ClNa) contiene 400 mg de sodio y 600 mg de cloruro. Por lo tanto, la sal rosada tiene prácticamente la misma cantidad de sodio que la sal común.



¿Es más saludable que la sal común? **hasta el día de hoy, no hay evidencia científica que avale que la sal del Himalaya tenga beneficios para la salud ni que su consumo sea "más saludable" que la sal común.

 

Se suele decir que la sal del Himalaya es más saludable que la sal común por tener mayor contenido de minerales como calcio, magnesio, potasio, entre otros. Sin embargo, el aporte de la sal rosada al valor diario recomendado de cada uno de estos minerales es insignificante en comparación con lo que aportan otros alimentos que sí se consideran fuentes de esos minerales.



Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal por día (que equivalen a 1 cuchara de café de sal fina). Esta recomendación tiene el objetivo de prevenir la hipertensión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en adultos. Por lo tanto, aún cuando se consuma la cantidad diaria máxima recomendada por la OMS, sería imposible tener una ingesta significativa de minerales con esa cantidad de sal rosada.

¿Por qué es más cara que la sal común?

El precio es la principal y única diferencia entre la sal del Himalaya y la sal común. La sal rosada tiene un costo mucho más elevado que la sal común por su origen, su forma de presentación y por tener mayor contenido de minerales.

Si no hay diferencias, entonces ¿por qué la sal del Himalaya es más popular que la sal común?

Parece ser que la respuesta va de la mano de la percepción. El dicho “la comida entra por los ojos” puede ser una de las razones por la cual la sal del Himalaya es atractiva, ya que se presenta en cristales de un color muy bello. Además, su nombre se asocia a esa cordillera mítica que atrae a tantas personas y ¡a todos nos gustan las lindas historias! y sobre esta sal ¡nos contaron una muy buena!, aunque no se corresponde exactamente con lo que dice la ciencia.

Cuidado con las etiquetas que desinforman

Al recorrer las góndolas de negocios donde se vende sal, es posible leer en los paquetes o envoltorios ciertas afirmaciones que pueden confundir al consumidor y ciertamente, desinforman.


Recordemos:

- Una sal no es “más saludable” que otra. Debemos limitar el consumo de sal, independientemente de su color, origen o proceso de elaboración.

- El abuso de la declaración “sin gluten”, también puede llevar a confusiones. El cloruro de sodio nunca tiene gluten (el gluten se forma a partir de determinadas proteínas que contienen algunos cereales). Si en una etiqueta de una sal aparece el mensaje “sin gluten” un consumidor podría interpretar que existen otros tipos de sal u otras marcas con gluten, cuando esto no es así.

 

- “Sin químicos”. El cloruro de sodio es un compuesto químico. Si la preocupación de los consumidores gira alrededor de la presencia de sustancias químicas en los alimentos, es recomendable conocer que todos los alimentos contienen químicos en su composición de manera natural (por ejemplo: agua, hidratos de carbono, proteínas, grasas, etc.) y, en muchos casos, también tienen químicos agregados. Nuestra dieta está compuesta de químicos, independientemente del origen o método de producción de los alimentos que ingerimos.

Como estos, podríamos citar muchos otros ejemplos. Desarrollemos el pensamiento crítico y utilicemos fuentes confiables de información, para detectar “falsas promesas” o “falsos beneficios” que se mencionan en algunas etiquetas. 

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