Un poco de historia:
Inmigración europea. 1880 – 1914: Uno de los principales factores de cambio que dio
lugar a la transición desde la
Argentina tradicional a la moderna fue la inmigración. Y sin
ella no es posible comprender la
Argentina contemporánea. No hubo otro período en el que la
proporción de extranjeros en edad adulta haya sido tan significativo; por más
de setenta años, el 60% de la población de la Capital Federal y
casi el 30% en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, eran
inmigrantes. La europeización del país y la modificación del carácter nacional,
tan anhelados por la generación del ochenta, la elite política del momento, se
tradujo en una política inmigratoria abierta.
Etapas de la inmigración: Hasta
1880, a
través de las políticas de poblamiento, se intentó promover la agricultura, la
ganadería y la red de transportes, para luego industrializar el país. Dentro de
la heterogeneidad de la corriente inmigratoria, casi la mitad provenía de
Italia, especialmente del sur, y una tercera parte de España.
Luego de 1880, comenzó la segunda etapa. A partir de aquí se buscó mano de obra
para una producción agrícolo–ganadera masiva, pero pocos inmigrantes lograron
ser propietarios. Ante el fracaso del plan de adjudicación de tierras en
propiedad, el inmigrante se transformó en arrendatario o peón y buscó asilo en
los centros urbanos. Así, las políticas de poblamiento fracasaron. Igualmente,
al ser la inmigración mayoritariamente masculina, se ocupó de actividades
rurales, favoreciendo el desarrollo de una economía agrícola que permitió que
el país se convirtiera en el principal exportador de trigo en el mundo cuando,
hasta 1870, la Argentina
lo importaba.
La estructura social: Como
consecuencia del proceso inmigratorio, la estructura social argentina se volvió
más compleja, a la vez que con el aumento de los sectores medios y populares,
se produjeron cambios en la cultura política. Si bien creció el número de
industriales y comerciantes, la clase alta se cerró frente al inmigrante,
reteniendo la riqueza y el prestigio (basado en la "antigüedad y los
antepasados") y el poder político–económico asociado a la propiedad de la
tierra.
La estructura de clases de entonces puede ser dividida en cuatro segmentos. El
primero estaba representado por la clase alta o aristocrática, la cual hasta
1914 representó al uno por ciento de la población. La siguiente era la alta
clase media que, aunque próspera, era dueña de escaso prestigio social. La baja
clase media no poseía fuerza económica ni poder social, pero vislumbraba alguna
posibilidad de ascenso. Finalmente, la clase baja, que representaba a los dos
tercios de la población, ocupaba la base de la pirámide social.
El tipo argentino, en tanto, fue cambiando. La clase dominante, estaba compuesta por ganaderos, estancieros, comerciantes, abogados y políticos. Las clases medias iban fraguándose con la inmigración a través de su participación en la economía y en el proceso de aculturación modernizante. Las clases bajas, distribuidas a lo largo y a lo ancho de todo el territorio, recordaban la dualidad del país. Para gobernar
Entre 1902 y 1910, se operaron cambios en la estructura social, los que
produjeron fuertes fisuras en el sistema político. La guerra en Europa alentaba
la entrada de inmigrantes que buscaban nuevos lugares para su bienestar. La
guerra del ´14 no sólo interrumpió el flujo inmigratorio, sino que también
convocó a los nacionales beligerantes, lo cual explica el saldo inmigratorio
negativo del período 1914–1918. Sin embargo, Argentina logró retener a los
hijos de los extranjeros de las primeras olas, proclives tanto al ascenso
social como a la participación política. Muchos de ellos habían obtenido
títulos universitarios, los que sumados a la actividad de sindicalistas
anarquistas, provocaron las tensiones que caracterizaron al país a principios
de siglo.
La población urbana se duplicó. Y fue la clase media el estrato con mayor desarrollo, gracias a la contribución de los extranjeros; en él, crecían los sectores dependientes (empleados, funcionarios, técnicos). A la vez, fue en los centros urbanos donde se acentuó el ascenso social, favoreciendo la integración de todos los estamentos en el orden social vigente.
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