Miles de voluntarios plantaron árboles en el bosque más antiguo de Portugal, quemado por los devastadores incendios del año pasado. Alrededor de 3.000 voluntarios plantaron el domingo unos 67.500 pinos en el bosque de Leiria, en el centro de Portugal.
Cidalia Ferreira, alcaldesa de Marinha Grande, municipio del distrito de Leiria, señaló que este primer esfuerzo fue sólo el comienzo de un ambicioso proyecto de reforestación.
“Perdimos el 80 % del pinar de Leiria en los incendios, nos espera una gran tarea: la reforestación requerirá la plantación de unos 22 millones de árboles“, dijo Ferreira, según AFP.
Cuarenta y nueve personas murieron después de que cientos de incendios se extendieran por el centro y norte de Portugal en octubre. Las llamas fueron avivadas por los fuertes vientos del norte del huracán Ofelia y exacerbadas por el verano inusualmente caluroso y seco de la región.
Esos incendios se produjeron después de los de junio que mataron a 64 personas, los más mortíferos de la historia del país.
“Nos enfrentamos a nuevas condiciones climáticas” debido al cambio climático, dijo en octubre la ministra portuguesa del Interior, Constanca Urbano de Sousa, al referirse también a los incendios que se estaban produciendo simultáneamente en California. “En una era de cambio climático, tales desastres se están haciendo realidad en todo el mundo.”
Los incendios de Portugal en 2017 quemaron un récord de 520.000 hectáreas de bosque -unas 52 veces el tamaño de Lisboa- y representaron casi el 60 % de la superficie total quemada en toda la Unión Europea.
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