SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 22 de noviembre de 2018

NOSOTROS Y EL EXQUISITO PAN, ¿cuanto comer y porque es tan nocivo?

Ya sea en casa o en un restaurante, la panera nunca falta en la mesa de los argentinos, que están entre los mayores consumidores de pan del mundo. 
Hace unos años un informe del Banco Mundial establecía que el consumo promedio de los argentinos era de 83 kg de pan por año, uno de los más altos. 

 En ese contexto, desde Fundación DAAT elaboraron un informe para alertar cómo este consumo excesivo, por sus componentes, puede derivar en problemas para la salud,  provocando hipertensión, diabetes u obesidad. 

 En el estudio hacen la comparación de cuánto representa ese consumo anual de pan de los argentinos, en lo que refiere a consumo de harina y sal. Así, tomando como base que al año se consumen promedio  83 kg al año, el informe da cuenta que al mes equivale a 7 kg y por día, a 240 g. Para graficarlo, utlizaron el mignón. 

Por día, entonces, en promedio se comen hasta seis mignones, lo que equivale a consumir 3,5 g de sodio por día solo en pan. El recomendado por día de la OMS es de 5 g. Al mes, ese consumo equivale a un salero de 100 g, y al año, a 12 saleros. 

“Ese consumo de sodio por día, solo en pan, es  demasiado porque hay que sumarle todo lo que se consume en el día. Ahí la preocupación”, explica Viviana Baranchuk, directora de Fundación DAAT.


En lo que respecta a las harinas, seis mignones representan 12 cucharas soperas de harina por día; más de un paquete de 1 kilo por semana –cuando lo normal sería no más de un cuarto de paquete-; y cinco paquetes en un mes. “Todo se acumula en forma de grasa en el cuerpo y puede producir sobrepeso, obesidad, diabetes e hipertensión. 

El 60% de la población argentina tiene obesidad y el 36%, hipertensión arterial. Si seguimos con este hábito, no vamos a salir de estos números”, advierte Baranchunk. Y dice: “Hay gente que no come sin pan en la mesa, y con eso viene la adicción. 

Es importante adquirir una alimentación saludable. Comer pan en el desayuno y la merienda, pero en el almuerzo y la cena, no. No sacar alimentos, sino reemplazarlos. Cambiar los hábitos”.

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