SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 17 de enero de 2019

Se suman cada vez mas los cumples sin comida chatarra. -Salvemos a la niñas y niños de la OBESIDAD y otras enfermedades-

Según datos oficiales de expertos en nutrición, 4 de cada 10 niñas o niños sufren de obesidad o sobrepeso en nuestro país.

La mamá de Malena es Paula Capuano, cocinera y cultora de la comida saludable y vegetariana. El experimento de eliminar los snacks típicos de los cumpleañitos fue una idea que se le ocurrió luego de la maratón de festejos del Día del Niño, que terminó con su hija con empacho y dolor de estómago durante varios días.

“Desde hace unas décadas nos han metido el chip de que la celebración es sinónimo de comida chatarra, de cosas pesadas y para nada sanas. Pero eso creo que es momento de cambiar esa mirada y que los cumpleaños sean saludables. No es más trabajo ni más gasto, es solamente cambiar la idea”, explica Capuano.
Así fue, que, como describió Jorgito, en la mesa de Malena había verduras, frutas, jugos naturales, puré de palta, galletitas caseras, merenguitos secos en lugar de caramelos, helados de yogur congelado en vez de los palitos que son pura azúcar y colorante. El objetivo fue eliminar o al menos disminuir las frituras, las cantidades excesivas de azúcar y los alimentos industriales.

“Los chicos más chicos, desde un año y medio hasta los tres, se coparon. Comieron de todo y ellos no cuestionan, lo ven como algo natural. Pero los más grandes, de cuatro años para arriba sí se sorprenden porque no tiene nada que ver a lo que tienen incorporado. 

A las mamás, a todas, les pareció una idea excelente, pero varias dijeron lo mismo: ‘te mataste, yo no tengo tiempo para hacer todo esto, es más fácil ir al súper y después abrir bolsas’”, cuenta la cocinera, pero asegura que es una idea errada.
Algunos ejemplos:

- Limonada con miel de caña para endulzar
- Jugos sin conservantes. Hay algunas pequeñas empresas familiares que los comercializan en bidones, una buena opción para ahorrar plata.
- Jugo de frutilla u otras frutas que se pueden comprar congeladas. Arándanos, frutillas, gajos de durazno, mora, ananá... todo lo que se te ocurra, con agua y la licuadora. Para hacerlo más simple todavía, podés comprar las bolsas de frutas congeladas que venden en algunos locales de productos congelados.
- Tutucas dulces o naturales y semillas de girasol tostadas y saladas. Ambas cosas se consiguen en una semillería. A las semillas de girasol se las puede tostar en una sartén en casa.
- Pochoclo. Se hace en pocos minutos con maíz pisingallo. Se puede endulzar con miel de abejas o de caña.
- Helados de yogur en reemplazo de los helados en palito, que tienen mucho colorante. Es muy fácil de hacer: verter yogur líquido en cubeteras, colocar un palito y congelar.
- Puré de palta, de zanahoria, de remolacha, etcétera. Se puede usar queso crema para espesar. Para comerlos, en lugar de pan o grisines, se puede servir bastoncitos de zanahoria o de apio, por ejemplo.
- Pinchos de frutas. Se pueden armar unos brochettes o, mejor, dejar los ingredientes cortados para que los chicos armen sus propios pinchos y se diviertan comiendo.
- Paletas de sandía. Cortar las sandías en triángulos y atravesar los trozos con palitos de helado. Y listo.
- Que no falte en la mesa: agua, aceitunas, frutas pequeñas enteras o grandes troceadas.

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