SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 14 de noviembre de 2020

HISTORIA ARGENTINA: El OLIVO de 400 años que escapo al hacha de los reyes de España-

 

En el centro de un bosque de olivares ubicado en las afueras del pueblo riojano de Aimogasta, departamento de Arauco, todavía crece el único sobreviviente de una tala masiva de olivos ordenada por los reyes del imperio español, tres siglos atrás.



No están del todo claras ni las razones de aquel olivicidio ni cómo se instrumentó la orden, pero las fuentes coinciden en asignarle a este viejo ejemplar de Olea europaea un carácter decididamente protagónico dentro la narrativa olivícola argentina, chilena y peruana.

Tiene más de cuatrocientos años de edad, se lo considera el ejemplar vivo más añoso del continente y como siempre sigue dando aceitunas. Declarado "árbol histórico nacional" por ser la única "planta que quedó viva de la tala que mandó a hacer el rey Carlos III en el siglo XVII", según establece el decreto 2235/1946, y por haber sido responsable de diseminar la olivicultura en Sudamérica, la historia del olivo cuatricentenario recuerda el relato bíblico del cruel Herodes y la matanza de los Santos Inocentes, y es digna de una novela colonial.



Pero su presente es más bien preocupante y su pronóstico reservado: puede morir en cualquier momento. Una bacteria se metió en su interior y le está secando algunas ramas.

Como también fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1980, único vegetal que cuenta con una declaratoria de este tipo, una comisión de científicos de distintos organismos nacionales trabaja contrarreloj para salvarlo.

Registros paleobotánicos fechan la domesticación de los olivos por parte del género humano hace unos 7 mil años, en la región de Asia menor, lo que actualmente es Siria e Irán.

En paralelo comenzó a cultivarse en la cuenca del Mediterráneo y es contemporáneo de la vid con la que se hace el vino, la Vitis vinífera. Existen ejemplares muy añosos de este árbol que representa la paz, de flor hermafrodita y fruto carnoso en cuyo interior guarda hasta un 20 por ciento de aceite de oliva.



Al más antiguo lo llaman "El grande" y está plantado en Al-Walaja, una aldea palestina a cuatro kilómetros de Belén, en Cisjordania. Tiene más de 5 mil años. Otro ejemplar milenario es el olivo de Vouves en la isla de Creta que tendría 4 mil años y aún sigue dando aceitunas.

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