Cerela ya se ha destacado, en los últimos años, por aportar bacterias lácticas con grandes beneficios, que se transfieren a la sociedad en forma de productos. Alimentos que, por sus aptitudes, estimulan las defensas naturales y mejoran el funcionamiento sistémico del organismo. Productos cuyos insumos fundamentales son las bacterias que, en contraposición a lo que suele indicar el sentido común, producen grandes beneficios. De hecho, según Taranto, “estamos hechos de bacterias”. “Tenemos muchas más células bacterianas que células somáticas, corporales. No todas las bacterias son patógenas o producen enfermedades, sino todo lo contrario”, indica la investigadora a cargo.

Calidad asegurada

No todas las bacterias lácticas son probióticas. Para contar con tal propiedad, se deben realizar estudios científicos que certifiquen el efecto benéfico en cuestión. Las investigaciones para comprobar su características probióticas fueron llevadas a cabo por María Pía Taranto y su equipo desde el Cerela; en concreto, aislaron, identificaron, caracterizaron e investigaron la cepa. Durante el proceso de pruebas, se llevaron adelante estudios in vitro (desde el laboratorio), así como ensayos preclínicos y clínicos, que son solicitados por los entes regulatorios, y sirven para comprobar la seguridad y la eficacia de la tecnología alimenticia.