Hace 70 años, don Emilio
Giraudo comenzó a anotar en planillas las precipitaciones en su campo de Las
Isletillas, Córdoba. Su hijo Marco continúa haciéndolo. Otros registros
privados muestran este horizonte complicado. Hace 70 años, las computadoras
eran gigantescos aparatos con una capacidad de procesamiento acotada, Internet
era apenas una utopía y ni hablar la idea de pensar en archivos que se podían
llegar a subir a una “nube” online.
Menos que menos alguien se
animaba a imaginar que todo eso podría confluir en un pequeño aparato del
tamaño de la palma de una mano, en una época en que de por sí tener un teléfono
fijo, de línea, era más bien un lujo. Pero ya sea en la era analógica o en la
digital, para el campo siempre fue esencial el manejo de datos, para cotejar y
analizar de cara a la toma de decisiones agronómicas.
Don Emiliio Giraudo es un
ejemplo: en octubre de 1952 comenzó la confección de planillas en las que anotó
a mano, de manera mensual, las precipitaciones acumuladas en su campo ubicado
en Las Isletillas, en el centro-oeste de Córdoba. Su hijo Marco, un reconocido
productor y contratista de esta provincia, con amplia trayectoria
gremial-empresaria –fue presidente de la regional de Coninagro–, continúa la
tradición.
Y el resultado que dejó
2022 es inapelable como botón de muestra de la crítica situación que se vive en
todo el país: “Fue el más seco en 70 años”, sentencia Giraudo.
“Mejor comienzo de año no se puede pedir. Las
Isletillas, Departamento Tercero Arriba, 30 milímetros. Eso nos infla un poco
más la ESPERANZA”, tuiteó Marco el 2 de enero, horas después de que el nuevo
año comenzara con un aporte hídrico importante en esta región del país.
Fue un festejo después de
lo que había advertido solo un par de días antes, el 30 de enero: “Mi padre
comenzó anotaciones registro lluvias en Octubre 1952! Esta es la más grande
sequía de este periodo, 747 meses: 493 mm por todo 2022, de no llover antes de
las 24 horas de hoy! Puede llegar a ser un terrible desastre!”.
Precisamente, esos son los
datos que Infocampo le pidió ampliar a Giraudo y al hacer la cuenta en
profundidad detectó que en realidad a lo largo del ejercicio se alcanzaron 528
milímetros, pero la posición de 2022 en el ranking no cambia: es el más seco de
la lista, por debajo de 1965, que tuvo 546 milímetros.
Otro parámetro que surge
de las anotaciones de los Giraudo: el promedio de lluvias de los últimos 35
años se ubica en 810 milímetros; es decir, que el año pasado estuvo 35% por
debajo de lo normal. Ahora, el comienzo de 2023 “nos dio una inyección de
ánimo”, admite Giraudo, al subrayar que, como la mayoría de las siembras han
sido tardías, los cultivos aún no han expresado daños graves y pueden seguir
desarrollándose de buena manera si llegan nuevas lluvias.
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