SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 15 de noviembre de 2023

SEPAMOS UN POCO MAS DE LA FAUNA Y FLORA DE MADAGASCAR- ¿ES DE OTRO PLANETA?

 


LA AVENIDA DE BAOBABS

En la Avenida de los Baobabs, como se ha bautizado al más codiciado de los paisajes malgaches, estos titanes de más de 30 m de alto brotan durante breves periodos de tiempo. Entonces sus copas mutan a un verde intenso, aunque por pocas semanas, puesto que el aspecto más habitual de estos árboles endémicos es despoblado de hojas.



El tronco es como una coraza metálica. Cuando una mano se desliza por su corteza, lisa como la de un cerezo y con un tono rojo que también lo recuerda, uno tiene la certeza de hallarse ante una de las maderas más duras y compactas del planeta. Abrazar un baobab es como hacerle mimos a un viejo de un millar de años.



NO ES UN ATARDECER CUALQUIERA

No hay nadie que acuda a Madagascar sin ambicionar esa sensación: un crepúsculo en la Avenida de los Baobabs, levantando la vista y adorando esa muestra de paciencia y resistencia de la naturaleza, algo que empequeñece al observador para poner las cosas en su sitio de quién es cada cual en la escala evolutiva.



Seis de las ocho especies de baobab crecen en Madagascar, un pedazo de África que hace 165 millones de años zarpó de la costa del continente, quedándose frente a Mozambique para adornar el Océano Índico con su silueta de punta de lanza. Fruto de ese aislamiento prolongado, esta isla de 587.000 km2 (casi tan grande como Francia) se ha convertido en un arca donde las especies tomaron su propia senda.



LA ISLA DE LOS PELUCHITOS INOFENSIVOS

A diferencia del continente cercano o de otra isla gigantesca como Australia –donde parecen haberse concentrado todas las criaturas venenosas y mortíferas del mundo–, en Madagascar los bichos que la habitan decidieron adoptar la estrategia del camuflaje y la huida. Es una de las cosas que más llaman la atención: aquí no hay temor a salir de la tienda de campaña y enfrentarse a fieras que desean comerte, serpientes de picadura mortal o arañas malignas.



Madagascar está poblado, mayoritariamente, por unos peluchitos inofensivos, acompañados de camaleones sonrojados, insectos-palo flemáticos, erizos adorables y aves que parecen un muestrario de pinturas. Solo dos animales rompen esta norma: el fossa, un mamífero más pequeño que un zorro común, aunque los malgaches lo califiquen de «puma africano», seguramente para exagerar por no tener más alimañas en el catálogo faunístico; y el cocodrilo que, este sí, es de cuidado.

Fuente: National Geografic-

 

 

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