Zin criticó con
dureza el avance de los alimentos ultraprocesados, a los que responsabilizó del
aumento de enfermedades crónicas. También se mostró a favor de gravar con impuestos
a las empresas que utilizan azúcar en exceso en los alimentos procesados, tal
como sucede con el tabaco.
Y propuso una vuelta a lo simple: al consumo de frutas
y verduras de estación,
a los alimentos de baja industrialización y a la comida compartida.
“Comer acompañado es parte de una alimentación saludable, no solo por lo que se come, sino
por cómo se comparte”, concluyó.
Desde el Simposio Fertilidad llamaron a “superar la lógica de la
productividad” a la hora de evaluar los daños de la pérdida de calidad en los
suelos: los nutrientes que se pierden allí, también se pierden en los alimentos
que consumimos.
Miguel Taboada,
investigador actualmente en la Facultad de Agronomía de la Universidad de
Buenos Aires (FAUBA), es uno de los principales expertos argentinos en el tema suelos.
Y durante el Simposio
Fertilidad 2025, que se desarrolló en
Rosario, hizo un llamado a “superar la lógica de la
productividad” a la hora
de evaluar y analizar los daños que genera el deterioro de este recurso
esencial para el campo.
Lo hizo bajo la premisa de que la pérdida de
calidad de los suelos no solo representa un problema para la producción
agropecuaria, sino para la
salud general, debido a que esos nutrientes que se pierden, también dejan de
estar en los alimentos que consume la población.
Taboada fue uno de los oradores del panel “Una salud: nutriendo suelos, cultivos y personas”, realizado el marco del Simposio organizado
por Fertilizar AC, y donde se abordó el
concepto one health que impulsa la Organización Mundial de la Salud: reconoce la interconexión entre la salud humana,
la salud animal y el ser humano, y promueve la colaboración intersectorial para
abordar los desafíos sanitarios desde una perspectiva sistémica.
LOS SUELOS Y LA SALUD PÚBLICA
El panel, coordinado por el periodista Ricardo Bindi, contó además con
la presencia de Ana Posas, de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO); y del consultor médico Claudio Zin, quienes coincidieron en que el estado de los suelos incide
directamente en la calidad de los alimentos y, por lo tanto, en la salud de las
personas.
Taboada enumeró
los peligros que vuelven vulnerable al suelo, como la erosión, los
desbalances de nutrientes y la contaminación por uso excesivo de pesticidas. Y advirtió también sobre las
consecuencias menos visibles, pero más graves, como la pérdida de
micronutrientes esenciales en los cultivos.
Puso el caso del zinc, cuya
deficiencia no solo reduce la fertilidad del suelo, sino que compromete el
valor nutricional de
los alimentos.
“Muchos
cultivos han perdido entre 9 y 38% de sus niveles de nutrientes esenciales en las últimas décadas”, alertó.
Por eso, destacó la importancia de prácticas como la
biofortificación, el manejo responsable de fertilizantes según las 4R (por la palabra inglesa right:
fuente correcta, dosis correcta, momento correcto y lugar correcto), la fijación
biológica de nitrógeno y la medición periódica de suelos.
SUELOS Y ALIMENTOS, UNA RELACIÓN INTRÍNSECA
Desde la FAO, Posas definió que el enfoque “Una salud” integra suelos, cultivos, animales y personas como
eslabones de un mismo sistema.
En ese sentido, subrayó que el 95% de los alimentos que consumimos depende del suelo, y que más del 99% de las calorías y el 93% de las
proteínas que ingiere la población humana, provienen directa o indirectamente
de cultivos que crecen en él.
“El suelo es el
origen de todo”, enfatizó.
Según datos del organismo, más de 2.000 millones de personas sufren “hambre oculta”, una forma de
malnutrición provocada
por dietas que aportan calorías, pero carecen de nutrientes como hierro, zinc,
yodo o vitamina A.
Este problema afecta a
cerca del 50% de los niños en todo el mundo y a dos tercios de las mujeres en edad reproductiva.
“La malnutrición ya no es solo desnutrición u obesidad. Hoy también hablamos de personas que comen, pero no
se nutren”, sostuvo
Posas.
En este contexto, destacó la necesidad de promover una agricultura “sensible a la nutrición”, que priorice el contenido nutricional de los
cultivos más allá del rendimiento.
Y advirtió que “los
fertilizantes son solo una parte de la solución”, porque “se necesita un enfoque ecosistémico que
articule factores físicos, químicos y biológicos del suelo, marcos
regulatorios, investigación científica y el compromiso de todos los actores de
la cadena”.
¿LOS SUPLEMENTOS AYUDAN A LA NUTRICIÓN?
El cierre del panel, en tanto, estuvo a cargo del reconocido
médico, Claudio Zin,
quien desmitificó el uso de suplementos como solución rápida a los problemas de salud.
Según el especialista, la longevidad depende más del estilo de vida, la genética y, en
parte, de la suerte, que del
consumo de multivitamínicos.
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