SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



domingo, 5 de noviembre de 2017

¿LA FELICIDAD viene en PASTILLAS?

Bupropion: El fármaco que nos ocupa se enfrenta nada más y nada menos que al todopoderoso Prozac. Y se nos presenta con una lista de indicaciones tan “sobradita” que la comunidad psiquiátrica se ha echado a temblar. “La nueva happy pill”, “la última arma para adelgazar con trampas y sin dieta”, “el único antidepresivo que no hace descender los niveles de libido”… En Estados Unidos, ya es el antidepresivo más prescrito. Así que váyase quedando con el nombre: Bupropion.

Lo primero que hay que hacer es eliminarle cualquier connotación de “nuevo”. El Bupropion fue sintetizado en el año 1969 por un laboratorio estadounidense, y se introdujo en el país en el año 1985. Su experiencia fue breve porque un año más tarde fue retirado del mercado al producirse una incidencia significativa de episodios convulsivos relacionados con su consumo. Hubo que esperar tres años para que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, en sus siglas en inglés) volviera a aprobarlo –solo para uso clínico y fijando una dosis máxima de 450 mg/día–. Estos datos los recuerda la doctora Remedios Gutiérrez, psiquiatra, endocrino y miembro fundador del CEAP (Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis).

En un principio, se comercializó bajo el nombre de Anfebutamona. El prefijo “anfe” se eliminó en el año 2000, cuando se rebautizó como Bupropion. El nombre es el genérico, el principio activo. “En las farmacias se encuentra comercializado bajo muy distintas marcas: Odranal, Wellbutrin, Zyban, Budeprion, Prexaton, Elontril, Aplenzin…”, señala la doctora.
¿Su mecanismo de acción? “Químicamente es una feniletilamina. Se considera que sus acciones desinhibitorias o estimulantes probablemente estén relacionadas con su similitud estructural con moléculas psicoestimulantes potentes como la metcatinona y la metanfetamina”, explica Remedios Gutiérrez. ¿Se le ha venido la serie Breaking Bad a la cabeza? Lógico.
Pero, aunque tenga en vilo a la comunidad científica por su posible "mal uso", no se trata de una droga. Sus únicas dos indicaciones aprobadas son el tratamiento de la depresión leve y el deshabituamiento del tabaquismo. Sí, el famoso Zyntabac que en el año 2007 se convirtió en la gran esperanza para los fumadores arrepentidos contaba con una buena proporción de Bupropion entre sus activos.
Pérdida de peso. ¿Efecto secundario o ventaja adicional?

Basta leer la extensa lista de posibles efectos secundarios de cualquier antidepresivo para constatar que la pérdida de peso se encuentra en la mayoría de ellos, tipificada como anorexia o pérdida de apetito. El problema con Bupropion, como alerta la psiquiatra, es que se está vendiendo como ventaja adicional en lugar de como posible efecto secundario.
La química, en este caso, le hace un flaco favor. “El Bupropion es un derivado del dietilpropión, un anorexígeno (inhibidor del apetito) anfetamínico. Pero obviamente, al ser un derivado, sus efectos y potencia de actuación, tanto en este aspecto como en otros, son muy distintos. De hecho, la incidencia de pérdida de apetito en pacientes tratados con Bupropion se produce solo en el 18 % de los casos”, puntualiza la doctora Gutiérrez.

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