SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 29 de septiembre de 2014

Los 50 infantiles e inocentes años de MAFALDA.

Entre los múltiples homenajes que se han realizado este año en Francia, España y Argentina, Quino fue declarado el martes pasado Doctor Honoris Causa de la estatal Universidad de Buenos Aires (UBA), mientras se desarrollan varias exposiciones sobre el personaje más famoso de su tira cómica.

Susanita, la que sueña con casarse y tener muchos hijos; Libertad, la más revolucionaria; Felipe, el soñador; Manolito, el comerciante y Guille, el hermanito, completan la galería de seres entrañables de la historieta, que incluyó a la tortuga Burocracia.
 
En Buenos Aires se realizan en la actualidad tres muestras dedicadas a la niña rebelde: "El mundo según Mafalda" en la Usina del Arte, un renovado centro de exposiciones de la alcaldía capitalina en el barrio de La Boca.
 
Otra retrospectiva de creaciones del dibujante, "Quino por Mafalda", se puede ver en simultáneo en el Museo del Humor en la Costanera Sur de Buenos Aires, mientras que "Mafalda en su sopa" se exhibe en una sala de la Biblioteca Nacional en el barrio de Palermo. Otras actividades se organizaron en Godoy Cruz, en Mendoza, la provincia natal de Quino. Mafalda fue creada originalmente por Quino como soporte de una publicidad de electrodomésticos que finalmente nunca vio la luz, quedó olvidada por dos años en una carpeta hasta que fue publicada por primera vez el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana.

La tira pasó luego al diario El Mundo, donde se publicó hasta el 25 de junio de 1973. Sus libros fueron traducidos a 26 idiomas y sólo en Argentina se vendieron más de 20 millones de ejemplares.
No obstante, las reflexiones de la niña terrible que cuestiona al mundo con implacable ingenuidad se recrean en afiches, camisetas, bolsos, tarjetas, útiles escolares y todo tipo de productos que replican su imagen.

 
"Paren el mundo, que me quiero bajar", es una de las frases célebres de esa niña que detesta la sopa, hija de clase media de una familia de Buenos Aires y preocupada por la paz mundial y la realidad política de su época.
"No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta", reflexionaba, y advertía que "lo malo de la familia humana es que todos quieren ser el padre".
 
Una escultura de Mafalda, sentada en un banco de plaza a metros de la casa donde vivía Quino en el tradicional barrio de San Telmo de Buenos Aires, es destino obligado de los turistas que se sacan fotos abrazados a la niña argentina más popular en el mundo. En otra punta de la capital, en el barrio de Colegiales, una plaza lleva su nombre.

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