El
odiador serial Alfredo Leuco contra el Papa Francisco:
Cansado
de dedicar cada columna editorial en sus programas de radio y televisión, y en
los diarios en que escribe, a inyectar odio contra el anterior gobierno,
Alfredo Leuco es también el elegido por el Grupo Clarín para intentar ensuciar
la imagen del Papa Francisco.
Que Francisco le haya
dedicado solo 23 minutos al encuentro con Mauricio Macri y que haya
decidido aparecer en las fotos con su peor gesto adusto fue un cachetazo para una élite empresarial y
política de derecha acostumbrada a contar con la jerarquía de la Iglesia Católica
como aliada de sus fines. Que
recibiera en su momento y de manera amable a Cristina Kirchner y Milagro Sala
causó también mucho fastidio, pero ya
que le otorgue una audiencia a Hebe de Bonafini, parece haber colmado todas las
paciencias.
Como
Francisco tiene un fuerte apoyo popular resulta difícil salir a atacarlo de
manera directa. También la élite empresaria mantiene
firme la esperanza de que un futuro Papa con otra tendencia menos “populista”
vuelva a articular la tradicional e histórica alianza. Por eso Francisco se ha convertido en un problema.
Desde
el gobierno, la línea oficial la esbozó el Jefe de Gabinete, Marcos Peña:
quitarle valor al Papa como actor político y entenderlo solo como líder
espiritual, “entendamos que la tarea del Papa es espiritual y
evangélica, no política partidaria” afirmó en una carta publicada
en Facebook. Claro que el Papa no hace “política partidaria”, la falacia está
en querer hacer creer que un actor espiritual y político como ha sido todo
Papa a la largo de la historia no tiene también una tarea política. Ha sido el
mismo Francisco quien dijo “involucrarse en política es una obligación para un
cristiano” y todos los Papas han influenciado de distintas
maneras en la política de gran parte del mundo occidental. La Doctrina Social de
la Iglesia es
espiritual, es social, es económica y es política.
El
otro alfil de Cambiemos contra Francisco es la denunciadora serial Elisa
Carrió: “Como cristiana siento vergüenza
ajena de que el Papa no haya recibido a Margarita Barrientos” , “Le gusta el
chisme a Bergoglio, es una parte que detesto de él”, “Se saca fotos con
corruptos”, “El Papa Francisco no ayuda a pacificar el país”, “Empodera
violentos”, “Se rodea de personajes mediocres”, “Los sacerdotes no se tienen
que meter en política”, “Tiene un doble discurso respecto de la Argentina ”.
Pero
quien más enojo parece tener con un Papa que hace propias las teologías latinoamericanas
que defienden a los pobres y critican al capitalismo neoliberal es el Grupo
Clarín. Así lo hizo saber su editor general, Ricardo Roa: “Cuando se trata de su país, Francisco queda
reducido al padre Jorge: peronista de Guardia de Hierro y de
Flores (…) El Papa sensible a la pobreza y al narcotráfico pierde
estatura en entrecasa (…) No hay razones sino prejuicios para explicar la
antipatía de Bergolio con el macrismo (…) El Papa amplio y reformista
afuera se comporta como un Papa estrecho y conservador dentro. Como Papa
conduce a todos. Como peronista a una parte”.
Dentro
del Grupo Clarín, uno de los especialistas en inyectar odio en la población, con
prosa florida y rimbombante, siempre fue Alfredo Leuco, quien debe ostentar el récord en
cuanto a cantidad de editoriales y columnas defenestrando sistemáticamente al
anterior gobierno a lo largo de los años. Ha sido él también el vocero de las
distintas indignaciones de la élite empresaria con respecto a las indigeribles
actitudes de Francisco, llegando hoy a hablar de “El doloroso rol
que el Papa Francisco cumple en la Argentina”. ¿Doloroso para quién?, habría que preguntarse. Quizá para los intereses
comerciales y políticos de sus patrones.
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