Este 12 de mayo se
cumplen 30 años de la muerte de la doctora Alicia Moreau de Justo, una de las
más fervientes defensoras de los derechos de la mujer, que presidió la Conferencia por la Paz de América y fundó la Unión Feminista
Nacional. También estuvo al frente de la Confederación Socialista
Argentina, de la
Fundación Juan B. Justo y de la Asociación Pro-Sufragio
Femenino.
"La mujer en democracia" y "El
socialismo según Juan B. Justo" son algunos de los títulos que integran su
trayectoria como escritora, que se extendió, además, con la dirección de
revistas femeninas.
Una biblioteca
repleta de literatura socialista y un padre fuertemente identificado con la
causa del partido, precipitaron el ingreso de Alicia Moreau de Justo en la
militancia política. Lejos ya del legado paterno, desafió a las tradiciones
morales de la época con su escepticismo frente al matrimonio y el cultivo de un
amorío en calidad de amante con uno de los principales referentes de este
movimiento político. Sin caer en fanatismos, Moreau de Justo supo cargar con
las banderas del feminismo proponiendo una nueva interpretación de sus bases.
"La mujer se libera junto al hombre y no contra él", así explicó su
adhesión al movimiento quien propulsó la integración de la mujer en la votación
política.
"Siempre creí
que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el
destino cambiaría" . Esta frase, seleccionada por el sitio del Ministerio de Educación, sintetiza el espíritu de quien fuera distinguida
en 1985 como mujer del año.
Hija de exiliados
franceses, Alicia Moreau de Justo nació el 11 de octubre de 1885 en Londres,
pero vivió desde pequeña en la
Argentina , donde obtuvo el Diploma de Honor en medicina y se
especializó en ginecología. Alicia orientó su profesión hacia esta rama de la
medicina para atender las necesidades de prostitutas y mujeres de escasos
recursos que padecían afecciones venéreas. Un gran porcentaje de ellas morían a
causa de la desatención que provocaba la prohibición por la cual los hombres
(que eran mayoría en la población médica) no podían atender a pacientes del
sexo opuesto.
Vida ejemplar si
las hay, digna de ser imitada, su vida estuvo signada por los grandes
acontecimientos humanos, los derechos humanos, la paz, la docencia y salvar la
vida de los más reprotegidos.
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