SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 13 de diciembre de 2017

NIÑAS NOVIAS en EE.UU: La legislación, anacrónica en muchos estados, permite que miles de menores -casi siempre chicas- sean casadas cada año con personas de mayor edad en el país más desarrollado del mundo.

Los extremos de los países que se dicen evolucionados: Más de 200.000 menores de 18 años se han casado entre el 2000 y el 2015 en EEUU. La mayoría, niñas de alrededor de 16 años con hombres mucho mayores. Pero también, en algunos casos, niñas de hasta 12 años. Excepciones a la ley de mayoría de edad que nadie parece dispuesto a anular permiten que esto siga sucediendo.

Sara Tasneem tenía 15 años. Sus padres estaban divorciados y ella pasaba el verano con su padre, en las afueras de San Francisco. Era el año 1996. En una ceremonia del pequeño círculo religioso al que su padre pertenecía, le presentaron a un señor de 28 años. Esa misma noche les casaron. Y esa misma noche pasó a ser propiedad de este hombre, originario de un país de habla francesa que ella no quiere desvelar, que se la llevó a su país de origen, donde se quedó embarazada, y la trajo de vuelta a EEUU para casarse legalmente (la ceremonia religiosa se había celebrado el mismo día que se conocieron), unos meses antes de dar a luz, en una pequeña capilla rural de Reno, Nevada. Freidy Reiss, activista de Unchained at last, los ha contado.  

De los estados que guardan datos sobre la edad de los contrayentes (38), ha contabilizado unos 167.000 matrimonios de menores de edad en los 10 años que investigó, de 2000 a 2010. Extrapolando estos datos a los otros 12 estados que no apuntan la edad de los contrayentes, el cálculo podría ascender a 248.000. Al menos 27 estados ni siquiera especifican lo joven que puede ser un niño o niña para acogerse a estas excepciones: hay casos de matrimonios de niñas de 11 años, como el de Sherry Johnson, en Florida (donde no hay un mínimo de edad para poder casarse), obligada por sus padres a casarse con su violador. Y no se trata de costumbres que se circunscriban a determinados grupos étnicos o religiosos: en la ONG han encontrado menores pertenecientes a familias cristianas, judías, musulmanas y seculares.
Tradiciones ancestrales; padres que vienen de culturas donde los matrimonios son arreglados, que ven en el matrimonio una manera de que sus hijas estén, paradójicamente, protegidas

Y también hay ocasiones en que se hace para conseguir una visa a un familiar, o a alguien que está dispuesto a pagar por ella”, explica a El Confidencial Reiss. En el caso de Sara, su marido consiguió la tarjeta de residente a través de su matrimonio con ella, nacida en EEUU y ciudadana americana; y ella está convencida de que pagó dinero a la congregación religiosa a la que pertenecían para que le consiguieran “una virgen”.

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