SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 8 de noviembre de 2018

En Argentina NO reciben las 4 comidas principales los niños y jóvenes.

Así surge del relevamiento realizado por el Observatorio de Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello. El estudio mostró que el 71% de los adolescentes y jóvenes de hasta 25 años reconoció nunca haber recibido consejos nutricionales por parte de profesionales.

En tanto, el 47% afirmó que se saltea el desayuno y el 30% admitió que consume golosinas y/o snacks “todos” o “casi todos” los días de la semana. A su vez, el 54% dijo que no practica ningún deporte ni realiza actividad física 

Los resultados coinciden con las recientes advertencias de la Relatoría sobre el Derecho a la Alimentación de la ONU en relación a “la monotonía de la dieta argentina”, la falta de aplicación efectiva de las regulaciones para limitar la publicidad de comida chatarra destinada a niños, niñas y adolescentes (NNyA), y el alto consumo de productos alimenticios altamente procesados.

El estudio de la Defensoría también arrojó que el 60% de los adolescentes y jóvenes no come diariamente verduras, mientras que el 66% no consume frutas. A su vez, el 72% reconoció que le agrega sal (“siempre” o “ a veces”) a las comidas una vez que son servidas, mientras que el 36% dijo beber diariamente gaseosas y/o jugos industriales (light o azucarados). A su vez, el 68% admitió que consume alcohol: el 12% de los consultados (es decir, uno de cada diez aproximadamente) sostuvo que toma bebidas alcohólicas “todos los días” o “casi todos los días” de la semana.

El relevamiento del Observatorio se realizó mediante entrevistas presenciales que se llevaron a cabo entre el 1º y el 12 de octubre, en localidades del Gran Buenos Aires y La Plata, abarcando 442 casos al azar, correspondientes a adolescentes y jóvenes de hasta 25 años de edad.

“Realmente, los resultados nos hizo encender una luz de alarma. Por una parte, es evidente que la difícil situación económica influye en el hecho de que no se pueda cumplir con las cuatro comidas diarias y en la baja calidad nutricional de los alimentos que se consumen. Pero también hay importantes factores culturales que impactan de lleno y que demandan acciones urgentes desde los distintos niveles del Estado”, destacó Martello. 

El responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos remarcó que “desde la Defensoría venimos trabajando en una serie de iniciativas para contribuir a que el cuidado de la alimentación sea una política de Estado. 
En los últimos meses, hemos propuesto un nuevo sistema de rotulado de bebidas y alimentos que permita poner sellos de advertencia en la parte frontal de los paquetes o envases. 

También consideramos que se debe avanzar en una nueva política impositiva, que implique una mayor carga fiscal para aquellos alimentos de nulo o bajo valor nutricional, e incentivar la producción y comercialización de aquellos que aportan aquellos nutrientes esenciales que necesitan los niños, niñas y adolescentes para una vida sana”.

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