Con un programa de cuatro obras, recorrerá Neuquén,
Chubut, Río Negro, Buenos Aires y La Pampa.
El Ballet Folklórico Nacional (BFN)
abrió su temporada 2023 con dos funciones en el Teatro Cervantes de la ciudad
de Buenos Aires. Vale la pena mencionar que en el mismo día que se abrieron las
reservas, las entradas se agotaron tan
rápidamente que mucha gente interesada en el trabajo de
esta gran compañía quedó afuera.
Una buena noticia es que el BFN comienza una gira con este programa que
llegará, con entrada gratuita, a las provincias de Neuquén, Chubut, Río Negro, Buenos
Aires y La Pampa. Y el 12 y 14 de mayo estarán muy cerca de
CABA, en la ciudad de San Martín.
Este
nuevo programa, conformado por cuatro obras, parece orientar a la compañía por
un rumbo diferente al que viene transitando.
Visiblemente,
en una inclinación por el lenguaje de la danza contemporánea en Cuatro Estaciones Vitale’s (coreografía de Alexis Mirenda y Jorge Vásquez sobre
música de Lito
Vitale), en Cuando sale el sol de Jimena Visetti y Rodrigo Colomba con música en vivo del
trío litoraleño Los Núñez. Y también en menor medida en La huella, de Jorge Caballero con la reposición de Mariano Luraschi.
Influidos por la danza moderna:
No es la primera vez que el BFN, en sus más de tres décadas de vida, va
al encuentro de otros lenguajes de danza; la propia Norma Viola –fundadora
junto con Santiago Ayala de
la compañía- estaba considerablemente influida por la danza moderna de su
tiempo.
Pero sin duda lo más interesante y lo más valioso es que esa inclinación
tiene en los bailarines de la compañía una gran receptividad: son intérpretes
fenomenales, no sólo porque pueden dominar un vocabulario de movimientos que no
es aquel en el que se formaron, sino también porque en ningún momento abandonan su propia
raíz.
Las dos obras
más extensas del programa, una lo abrió y la otra lo cerró, están bellamente
fundidas con aquellos dos lenguajes.
Alexis Mirenda, un muy talentoso coreógrafo, perteneció al Ballet Contemporáneo del San
Martín durante diez años y dirige su propia compañía
folklórica.
Es tan
admirable como sorprendente -y gratificante para la vista- la manera en que
Mirenda (con quien colaboró Jorge Vásquez, autor también del hermoso vestuario)
hace fluir el movimiento de los grupos, de los solos, de los dúos; como si cada
uno naciera del otro con la máxima naturalidad.
Solo que la construcción de la obra no es “natural” sino el fruto, sin
duda, de un firme oficio coreográfico y de una inspiración certera.
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