El Día de la
Tradición invita irremediablemente a pensar en nuestras comidas
típicas: el asado es una de las más clásicas de la Argentina debido a su
tradición gauchesca de país históricamente agroganadero. También el locro, las
empanas de humita, las tortas fritas criollas, el puchero, los pastelitos, la
mazamorra y el dulce de leche.
LOCRO: Se trata de
plato de origen quechua que se expandió en la zona del Alto Perú. Poco a poco
fue tomando protagonismo en Argentina, en provincias como Salta, Tucumán,
Córdoba y Norte de Santa Fe antes de 1820, hasta llegar a popularizarse en todo
el país y convertirse en un emblema patrio que se consume el 1 y 25 de mayo y 9
de julio.
EMPANADAS: Las
empanadas tienen origen árabe, pero hace mucho que forman parte de la mesa de
los argentinos. Las empanadas criollas o las cordobesas (no llevan huevo y son
muy jugosas) son las más clásicas. También pueden elaborarse de choclo,
verdura, jamón y queso o pollo.
TAMALES: Son un buen
ejemplo de preparaciones bien tradicionales. Y aunque la modernidad trajo microondas
y harina de maíz mágica. Los tamales pueden hacerse con carne, o también con
humitas (con choclo). Provienen de los pueblos originarios.
PASTELES: Su origen
no es exacto pero puede provenir de España, los pastelitos clásicos se hacían
con masa de harina y pella (grasa vacuna) y se rellenaban con algún dulce
casero. Los pastelitos negros son una versión moderna que lleva masa phila
(admite también hojaldre o masa para strudel) y tiene un corazón de chocolate
(podés cambiarlo usando dulce de frutos rojos, membrillo, batata o el que más
te guste). Lo bueno es que se hacen con una masa de sabor neutro que pueden
completarse con un relleno salado o con mermelada o dulce de membrillo. También
hay de queso, con una masa que se aplasta en lugar de amasar y una textura
crujiente y delicada.
ASADO: Pero tan
importante tradición argentina, increíblemente, encuentra su origen en otras
latitudes y en épocas muy lejanas. Es triste reconocerlo, pero el asado no es
argentino. Se cree que el hombre conoció el fuego unos 500.000 años antes de Cristo y, aunque no hay datos que
lo confirmen, seguramente unos días después del espectacular descubrimiento,
algún troglodita habrá tirado un animal sobre las brasas. Allí surgió el primer
asado de la historia. Pero, claro, así nació el asado en sentido estrictamente
culinario.
Sin embargo, el asado
como costumbre y tradición sí que es propiamente argentino. Para
referirse al primer asado en las tierras que tiempo después conformarían la
Argentina, hay que remontarse a 1556, cuando llegaron las vacas al Virreinato.
Años después fueron llevadas a la zona de Santa Fe.
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