Diariamente sin darnos cuenta introducimos en nuestro cuerpo toxinas que
pueden provocarnos un colon intoxicado, y esto ocasiona innumerables síntomas
como pesadez, fatiga, flatulencia, acidez, digestión lenta, estreñimiento,
sobrepeso, dolores de cabeza, cáncer y otras muchas enfermedades crónicas.
A la larga, el exceso de toxinas pueden afectar directamente a
órganos vitales como los riñones, el páncreas, los intestinos, etc…
Existen una serie de hábitos como la alimentación basada en
nutrientes de baja calidad, hábitos descuidados, stress constante, la ausencia
de ejercicio, el poco cuidado a lo que se come y el como se come, que provocan
una serie de desarreglos en nuestro aparato digestivo.
Todos estos hábitos con el tiempo provocarán una acumulación de desechos en las
paredes del intestino grueso (colon) que impedirán su buen
funcionamiento.
Dieta:
Llevar
una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales y legumbres que nos
aporte una buena dosis de fibra es esencial para mantener el colon saludable.
Los adultos (por encima de 18 años) deben de tomar de 25-35 g/día,
con una proporción entre fibra insoluble y soluble de 3:1. En los niños mayores
de 2 años, la cantidad de fibra puede calcularse con un sencillo truco «edad +
5» gramos/día; así, por ejemplo, un niño de 3 años debe tomar unos 8 g de fibra
al día. Esto se corresponde con una ingesta diaria de 0’5 g de fibra/kg de peso
del niño.
Consejos
para llevar una dieta rica en fibra:
- Comer de dos a tres raciones de verduras o
ensalada al día.
- Añadir a la dieta frutos secos con cierta
regularidad, por ejemplo un «puñadito» (25 gramos sin cáscara) entre dos y
tres veces por semana.
- Añadir cereales integrales (semilla entera) o
alimentos enriquecidos con fibra al menos dos o tres veces al día.
- Comer de dos a tres piezas de fruta entera al día
- Consumir legumbres (alubias, garbanzos, lentejas,
etc.) como mínimo dos veces por semana.
Realizar ejercicio
Hacer ejercicio físico nos va ayudar a mejorar el
estreñimiento, ya que complementa a los movimientos peristálticos de los
intestinos e incluye en el tránsito intestinal, reduciendo la sequedad y dureza
de las deposiciones.
Se recomienda esperar un par de horas tras finalizar
la comida para comenzar a hacer el ejercicio, así la sangre no se desviará del
aparato digestivo a los músculos yno entorpeceremos
la digestión. Lo mejor son los ejercicios aeróbicos como caminar, nadar,
correr, montar en bicicleta, etc.
No te aguantes las ganas de ir al baño
Cuando tengas ganas de evacuar, no te aguantes. Retener las
ganas de ir al baño puede ser algo muy perjudicial para
nuestro colon e intestinos. La materia fecal se endurece, se acumulan más
toxinas en nuestra flora y será mucho más difícil expulsar las heces. Tampoco
se deben “hacer esfuerzos”. Son muchas las personas que, al no poder defecar con
normalidad, hacen mucha fuerza pudiendo llegar así a aparecer algunas lesiones
o fisuras en el ano. Lo ideal es sentarnos en la taza del váter y pone los pies
sobre un taburete, ya que esta posición facilita mejor la evacuación
Bebe
abundante agua
Como ya sabrás, hay que beber al día como mínimo dos
litros de agua. ¿Pero, lo haces realmente? Es algo
importantísimo aumentar la hidratación. El organismo necesita líquidos conforme
a las pérdidas o necesidades que tenga, pero si no los obtiene por vía oral, nuestro
cuerpo saca el agua de donde puede. Un buen ejemplo son las aguas de las heces.
Esto hace que se desequen y se conviertan en heces duras y no hay forma de que
puedan movilizarse por el intestino por mucho esfuerzo que hagamos.
Tomar
yogures con bifidus
Los yogures ya fermentados son unos probióticos
naturales que nos van a permitir cuidar y mantener nuestra
flora intestinal, algo importante para
cuidar la salud de nuestro colon.
Fuente: Clínica Universidad de Navarra.
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