Tucumán es hogar de una de las
rutas más pintorescas y cautivadoras de la Argentina: la Quebrada de los Sosa.
Conocida por sus 1294 curvas en solo 29 kilómetros, esta ruta serpenteante
ofrece un viaje inolvidable a través de las majestuosas selvas de montaña de la
región.
La quebrada es parte de la ruta
provincial 307, mucho más que un simple camino. Es un viaje a través de la
naturaleza en su estado más puro, donde el río Los Sosa acompaña el recorrido,
encajonándose y zigzagueando entre una exuberante vegetación verde.
Cascadas, arroyos y miradores
se presentan a lo largo del camino, invitando a detenerse y sumergirse en la
belleza del paisaje.
A 1.100 de altura se alza el
Mirador Monumento al Indio, una escultura de siete metros con más de 80 años de
historia. Desde este punto privilegiado, se puede contemplar la majestuosidad
de la quebrada por donde desciende el río La Angostura, mientras respiran el
aire puro de las montañas tucumanas.
La Quebrada de los Sosa, refugio natural del
Tucumán
La Quebrada de los Sosa también es un refugio para
la biodiversidad. Formando parte de la Reserva
Provincial Los Sosa, esta área protegida alberga una increíble variedad de
flora y fauna.
Con 890 hectáreas que abarcan desde los 650 hasta
los 1750 metros sobre el nivel del mar, la reserva es el hogar de más
de 100 especies de aves, 62 especies de mamíferos y 15 especies de anfibios.
Entre los
sitios de interés turístico se encuentra el Mirador de El Indio, donde está la
escultura homónima, una obra de arte
realizada por el renombrado escultor Enrique Prat Gay en 1943.
Con
sus curvas sinuosas y su riqueza natural y cultural, la quebrada es un destino
imperdible para aquellos que buscan explorar la auténtica belleza de Tucumán. Y es un tramo que se puede disfrutar todo el año.
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