SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 2 de febrero de 2013


Casi a las 11 de la noche Agustín Ferrari, MERLO, fue atacado por una interminable batería de relámpagos, viento y lluvia.  El Magazin de Merlo tomo imágenes para compartirlas con sus lectores.

FOTO 1: Comenzo subiendo sin parar a las 9 de la noche, desde todo el horizonte.
FOTO 2: Ya encima de Agustin Ferrari fue un espectáculo estremecedor de luces y truenos.
FOTO 3: La lluvia caía a valdazos y el flahs detuvo una ráfaga.

¿Cómo se forman los relámpagos? El preludio de un relámpago es la separación de las cargas eléctricas en la nube: la negativa se acumula en la parte inferior, mientras que la positiva lo hace en la superior. Cuando la carga negativa crece lo suficiente para vencer la resistencia eléctrica del aire –que sucede a unos 18.000 voltios–, un flujo de electrones empieza a descender de la nube zigzagueando hacia la tierra. La proximidad de los electrones hace que se acumulen cargas positivas en la tierra, que usan cualquier objeto conductor de la zona para ascender: edificios, árboles o personas. Y empieza el despliegue pirotécnico, una especie de cortocircuito a lo bestia. En menos de una milésima de segundo, la corriente alcanza de unos 10.000 a 200.000 amperios. Aunque el flujo real de partículas es descendente, el punto de contacto entre el chorro de la nube y el de tierra asciende a 80.000 km/s. Este contragolpe contribuye con más electrones y calienta el aire a unos 50.000ºC. Cada metro de aire caliente en el canal del rayo brilla tanto como un millón de bombillas de 100 vatios. Este brillo del contragolpe ascendiendo es el relámpago, sólo que a nosotros nos parece como si descendiera.

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