EL TRABAJO es SALUD
Una férrea voluntad es todo
lo que necesita un hombre para alimentar a sus hijos, sino observen esta
imágenes de un joven que sin casco, sin escaleras, sin arneses y sin
paracaídas, se trapa un árbol de paraíso de unos 30 metros de altura. Solo
armado con una pequeña cierra y aprovechando la inercia de inclinación de los
enormes gajos podo estos árboles. En la altura y solo sostenido aquí y allá se
tomo su tiempo para encender un cigarrillo y pitar de tanto en tanto.
Esto no ocurrió en el siglo
pasado, fue esta mañana a eso de las 10 de la mañana en Agustín Ferrari, Merlo,
donde el trabajo se hace sin meditar posibles consecuencias.
Lo cierto es que el joven
termino su labor, cobro y se fue llevando un dinero extra a su casa. Digno de
admirar este joven que le pone el cuerpo entero a la adversidad. Y como decía
el Negro Olmedo en un programa cómico: ¡Yo solo quiero hacer el laburito!
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