“¡Nunca
más!”. Con esas rotundas palabras el Papa Francisco invitó a rezar y a no
olvidar los horrores del campo de exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, en el
que entre 1940 y 1945 murieron asesinadas más de un millón de personas.
“Mañana tiene lugar el 75º aniversario
de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Ante esta
inmensa tragedia, ante esta atrocidad, no es admisible la indiferencia y es
obligatoria la memoria. Mañana estamos todos invitados a hacer un momento de
oración y de recogimiento, diciendo cada uno en su corazón: ¡Nunca más, nunca
más!”.
El 27 de enero de 1945, con la Alemania
nazi en plena descomposición, las tropas soviéticas entraron en el campo de
concentración de Auschwitz-Birkenau. El campo había sido evacuado unos días
antes por los nazis. Sin embargo, los soviéticos encontraron 7.600
supervivientes al borde de la muerte.
La
mayor parte de las víctimas fueron judíos polacos, alemanes y de otros países
ocupados por las tropas de Hitler, pero también hubo entre las víctimas
católicos, prisioneros de guerra, miembros de la resistencia polaca, romaníes,
judíos, comunistas y homosexuales.
En un reciente comunicado, publicado el
25 de enero, os líderes del Consejo Europeo de Conferencias de Obispos y la
Comisión de la Conferencia de Obispos de la Unión Europea recordaron esta
efeméride y recordaron que ese lugar, el campo de exterminio “aún inspira
terror”.
Por ello, propusieron una iniciativa en
memoria de las víctimas: “A la hora de la liberación del campo de concentración
de Auschwitz-Birkenau, encendamos velas y digamos una oración por las personas
asesinadas en los campos de concentración de todas las nacionalidades y
religiones, y por sus familiares. Que nuestras oraciones amplíen la
reconciliación y la hermandad, de los cuales lo opuesto es la hostilidad, los conflictos
destructivos y los malentendidos avivados”.
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