Fuente:*Licenciado en Sociología,
Doctorando en Ciencias Sociales, Docente de la UBA. Columnista en Rompiendo
Moldes, AM 530 Somos Radio.
Con esta estrofa, los redondos, planteaban la
cuestión social de la cárcel. Nos decían que si la cuestión seguía así, si las
desigualdades continuaban, los que caían presos eran presos políticos. Pues
bien en la actualidad, muchos políticos, con un tinte político particular
(kirchneristas – peronistas) son presos. No intentaremos mostrar aquí la
“inocencia” de los distintos presos, sino que su cárcel no sigue los
procedimientos que deben tener cualquier preso en la Argentina. Así, las
cárceles además de llenarse de presos sociales, provenientes de sectores
sociales desprotegidos, también se llenan de aquellos políticos que intentaron
defender esa vulneración de derechos.
“La ley es como un
cuchillo, no ofende a quien lo maneja”
¿De dónde viene el sistema judicial?
¿Dónde se reclutan la mayoría de sus participantes? ¿De qué sectores sociales
provienen habitualmente los presos del sistema judicial? El Martin Fierro, gran
poema nacional y sobre todo, gran manifiesto en defensa de los sectores
populares argentinos, en contra de los abusos de poder, lo describe en tan solo
un frase, la ley, la interpretación de la ley, nunca toca u ofende a quien la
maneja. Eso podría demostrar por qué muchos sectores económicos concentrados,
dirigentes del llamado establisment, que en términos sociales eran visualizados
como “poco honestos” -para ser sutiles-, nunca tuvieron que dar explicaciones a
la justicia por sus acciones.
Sin embargo, aquellos que supuestamente eran tan
poderosos y que nadie los podía tocar (Amado Boudou, Julio Devido, Milagro
Salas, Luis D´elia, entre otros) fueron
efectivamente presos. No es solo que hay una justicia que
se equilibra con el poder político, sino que solo en el caso de los
funcionarios del gobierno anterior, se utilizan mecanismos judiciales que no
garantizan el derecho a la presunción de inocencia. Como eran del gobierno anterior eran culpables y
debían estar presos sin importar si eran o no responsables de los actos por los
que eran acusados.
“La ley es tela de
araña, y en mi ignorancia lo explico, no la tema el hombre rico, no la tema el
que mande, pues la rompe el bicho grande y sólo enrieda a los chicos.”
La interpretación de la ley termina
perjudicando a los pobres, y en este caso a integrantes de un gobierno que
intentó garantizar, en forma más o menos efectiva, los derechos de los sectores
postergados. La telaraña, hermosa metáfora de la ley, atrapa a aquel que
intentó cambiar algo en el país. Algunos ejemplos: Amado Boudou fue el que
volvió a manos del Estado las AFJP ¿Cuántos “bichos grandes” se perjudicaron
por esa decisión? Argentina, gracias a Boudou fue el único país en el mundo que
retrocedió en el proceso de privatización de la plata de los jubilados.
Lo cual
permitió que el Estado Argentino pueda mejorar su intervención en la economía,
pueda hacer obras para todxs los sectores sociales. El otro ejemplo
paradigmático es Milagro Salas y Luis D´elia, representantes de los sectores
sumergidos de la Argentina profunda, que organizaron desde la necesidad (con la
desprolijidad que la necesidad puede tener) a los postergados, darle márgenes
de dignidad. Eso es lo que están pagando. Si se interpretara la ley, sin
favoritismos, seguramente las cárceles estarían llenas de otros representantes
de otros sectores sociales.
Es la ley como la
lluvia, nunca puede ser pareja
Sin citas a Rousseau y a su famoso libro
El discurso de las desigualdades, nuestro poema nacional, nos muestra que no es
posible “la justicia” en el mundo de la desigualdad. Menos aún en una Argentina
como la de hoy, más desigual que hace cuatro años. Pero como la
interpretación no es pareja, no hay presos significativos de los gobiernos de
Alfonsín, Menem y De la Rua. O la justicia se “despertó” con el macrismo, o
podríamos considerar que muchos funcionarios, quizás los más controvertidos de
esos gobiernos, participaron del actual gobierno del PRO. Los presos son
políticos, porque son presos por su militancia política y no por los hechos por
los que son acusados.
De la chacarera del expediente del Cuchi Leguizamón, sale
esta hermosa estrofa. La prisión preventiva, por la dudas, antes de tener
sentencia, porque es pobre, o porque tiene el estigma de pobre y solo el pobre
roba. El peronismo, el kirchnerismo, los sectores sociales, los sectores
sindicales, solo ellos generan “la sospecha” y merecen estar presos, sea cual
sea la veracidad de su acusación.
Si los presos son culpables antes de ser
juzgados y esos presos son políticos, no queda otra que son presos políticos.
Trataremos de no linkear, para no hacer lo mismo que Cambiemos hizo con el
ahora Frente de Todxs, acusar antes de tiempo, a su gobierno con la
última estrofa de la chacarera del expediente con ellos: “Esos que amasan
millones, tuvieron la Casa Rosada.”
“Preguntas tienen
que contestar ustedes”
La justicia, si es que existe dicha
abstracción. En realidad, el sistema judicial tendrá que contestar, como le
advirtió la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, al Tribunal
Oral Federal número 2. Lo que debe explicar es por qué se generalizaron las
prisiones sin sentencias firmes, en nuestro país. Por qué el sistema judicial
acompañó a una parte de la población fogueada por los medios que afirmaba que
el gobierno anterior se había robado un PBI y que ello ya estaba probado,
por lo cual no hacían falta juicios para definir una sentencia.
Primero
explicar por qué hay políticos presos que por incorreción en los procederes se
transformaron en presos políticos, y luego, en una explicación que se hunde en
la historia del pueblo argentino, porque las cárceles están pobladas de pobres.
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