SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 25 de septiembre de 2023

¿Qué DICE la CIENCIA? Ayahuasca, la próxima droga psicodélica que puede tener utilidad para la salud mental.

 

La bebida alucinógena de los pueblos amazónicos puede ser útil para tratar la depresión o las adicciones, pero mejoraría su eficacia si se estudiara con método científico.



LA INVESTIGACION CIENTIFICA REVELA QUE: En una revisión de estudios publicada recientemente, un grupo liderado por el DR. Dimitri Daldegan-Bueno, de la Universidad Estatal de Campinas, en Brasil, refleja la importancia de los estudios en animales para tratar de comprender los efectos de esta sustancia. Se busca diferenciar qué parte se debe al ritual que acompaña la toma o cómo elaborar experimentos en los que se incluyan pacientes que reciban un placebo para comparar los diferentes efectos en quienes reciben una sustancia inerte y los que de verdad toman ayahuasca. Aunque en las cantidades ceremoniales la ayahuasca es segura, los estudios en animales muestran que puede ser tóxica a dosis mayores. Por eso, echan de menos estudios de toxicidad durante el embarazo o en individuos en desarrollo, y confirman su potencial como antidepresivo o para tratar adicciones.



Daldegan-Bueno apunta que ya hay ensayos clínicos con ayahuasca para la depresión en hospitales “que no han mostrado efectos secundarios graves” y que décadas de estudios en comunidades con tradición de consumo de ayahuasca tampoco los han encontrado. “Esto”, puntualiza, “no significa que no haya riesgos en su uso. Los efectos psicológicos pueden ser muy intensos [...] y a veces la persona puede necesitar apoyo para asimilar la experiencia. En general, la ayahuasca está contraindicada para personas con afecciones mentales relacionadas con el espectro psicótico porque puede causar un episodio o empeorarlo”, alerta. Además, pueden darse “interacciones con algunos medicamentos antidepresivos, así que es aconsejable que la gente que los tome consulte a su psiquiatra antes de tomar ayahuasca”.



El investigador afirma que las comunidades indígenas que toman la sustancia tienen medidas de seguridad basadas en siglos de conocimiento acumulado, pero advierte de que la expansión de la ayahuasca, que ahora se puede tomar en retiros de fin de semana en muchos lugares a miles de kilómetros del Amazonas, requiere que los nuevos practicantes se informen, asimilando este conocimiento y también el adquirido a través de la ciencia.



El renacer psicodélico va a reavivar, en torno a la ayahuasca más que con otras sustancias, un conflicto entre los usos ancestrales de algunas plantas y los usos de la ciencia moderna. José Carlos Bouso director científico de la Fundación Iceers (Centro Internacional de Enseñanza, Investigación y Servicios Etnobotánicos), en Barcelona, dedicada a promover el uso seguro de las plantas psicoactivas, recuerda que “en España se celebran ceremonias de ayahuasca desde hace 30 años”. Antropólogos interesados en la medicina amazónica “aprendieron a realizar los rituales allí y tuvieron formación chamánica para reproducir en lo posible los contextos tradicionales”, explica Bouso. “En estos contextos comunitarios, se ha utilizado, no tanto con las limitaciones biomédicas de buscar una cura a una enfermedad, sino más bien como forma de autoatención y de gestionar la propia salud”, añade.



Bouso fue un pionero del uso de los psicodélicos en salud mental y sufrió prejuicios que ahora parecen desvanecerse. En 2002, cuando tenía 32 años y era doctorando de la Universidad Autónoma de Madrid, inició un ensayo clínico para probar el MDMA en el tratamiento del estrés postraumático de víctimas de agresión sexual. Tras la publicación de un reportaje en EL PAÍS explicando el proyecto, el miedo a la imagen que podía dar la financiación pública del uso de una droga ilegal, aunque fuese con fines terapéuticos, hizo que las autoridades detuvieran el proyecto. En los últimos años ha realizado estudios observacionales con seguimiento de usuarios de ayahuasca, tanto en España como en Perú, para medir aspectos psicológicos y de calidad de vida. “Hemos visto mejoras, sobre todo en depresión, estado de ánimo y calidad de vida, y también en duelos complicados y estrés postraumático”, resume.

Con la apertura en torno a los usos terapéuticos de la ayahuasca, se ha producido también un auge de su uso en ceremonias comunitarias que no siempre están organizadas por personas con la formación adecuada. Daldegan-Bueno recuerda que “un estudio reciente identificó contaminantes como medicamentos y otras sustancias psicodélicas en muestras de ayahuasca por toda Europa”. Tener en cuenta aspectos como este “es esencial, tanto para la gente que busca y ofrece ayahuasca”, señala. La armonía mencionada por Bouso entre el conocimiento tradicional, la aplicación del método científico y la regulación al uso de la ayahuasca puede ayudar a evitar los riesgos de la creencia acrítica en sustancias exóticas con cualidades mágicas para resolver problemas inherentes a la vida, y el racismo o la mojigatería que ha retrasado décadas el uso de sustancias que cada vez acumulan más pruebas de su potencial.

Fuente: Salud y Bienestar en FacebookTwitter Instagram.

 

 

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