SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 12 de julio de 2025

Defendamos nuestras costumbres-


 

¿DEMASIADO RELAX ENFERMA? Qué es el sedentarismo y qué consecuencias puede tener en tu salud. ¿Que aconsejan los médicos?

 

En la era digital, donde la comodidad reina y las pantallas nos mantienen cautivos, el sedentarismo se ha convertido en una epidemia silenciosa con graves consecuencias para la salud. 


Las estadísticas son alarmantes: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más del 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud. De hecho, se ha observado esta tendencia entre adolescentes de 11 a 17 años.




Esta inactividad física creciente nos está llevando a un futuro donde las enfermedades crónicas, la obesidad y el deterioro de la calidad de vida serán la norma.

El sedentarismo se define como la falta de actividad física regular, lo que se traduce en pasar la mayor parte del día sentados o acostados, ya sea en el trabajo, en casa o durante el tiempo de ocio.

Es importante entender que el sedentarismo no es sinónimo de falta de ejercicio físico. Una persona puede ir al gimnasio tres veces por semana y aun así ser considerada sedentaria si pasa el resto del día pegada a una silla.



El sedentarismo se refiere a la inactividad física prolongada que se produce al realizar actividades que requieren muy poco esfuerzo físico. Algunos ejemplos son:

·          Trabajar frente al ordenador

·          Ver la televisión

·          Usar el móvil

·          Jugar a videojuegos

·          Leer

·          Conducir durante largos períodos.

Cabe destacar, que incluso quienes realizan ejercicio físico regular, pueden caer en las redes del sedentarismo si pasan muchas horas sentados o inactivos. La clave está en romper con la inercia y moverse lo máximo posible a lo largo del día.

Consecuencias de una vida sedentaria



Las consecuencias de una vida sedentaria son devastadoras para la salud, actuando como un enemigo silencioso que mina nuestro bienestar de forma gradual e imperceptible. Las repercusiones negativas del sedentarismo se extienden a diferentes ámbitos:

Físicas

El sedentarismo es un factor de riesgo importante para el desarrollo de:

·          Enfermedades cardiovasculares. La falta de actividad física reduce el colesterol bueno y aumenta el colesterol malo, lo que favorece la acumulación de placa en las arterias, aumentando el riesgo de infartos e ictus.

·          Diabetes tipo 2. La inactividad física afecta a la sensibilidad a la insulina, hormona encargada de regular los niveles de azúcar en sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

·          Obesidad. Existe una clara relación entre el sedentarismo y la obesidad, la cual se abordará en profundidad más adelante.

·          Mayor riesgo de caídas en adultos mayores. La debilidad muscular y la falta de equilibrio aumentan el riesgo de caídas, un problema común y grave en la tercera edad.

·          Algunos tipos de cáncer. El sedentarismo se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de colon, mama y endometrio.

·          Problemas musculares y óseos. La falta de movimiento debilita los músculos y huesos, aumentando el riesgo de osteoporosis, fracturas, dolores de espalda y lesiones.

 

Mentales

El impacto del sedentarismo no se limita a lo físico, también afecta la salud mental:

·          Ansiedad. La falta de actividad física puede aumentar los niveles de ansiedad y estrés.

·          Depresión. El sedentarismo se ha asociado a un mayor riesgo de desarrollar depresión.

·          Deterioro cognitivo. La inactividad física puede afectar negativamente a la memoria, la atención y otras funciones cognitivas.

·          Dificultades de concentración. Moverse y hacer ejercicio mejora el flujo sanguíneo al cerebro, lo que favorece la concentración.

El sedentarismo puede afectar las relaciones sociales y la calidad de vida:

·          Aislamiento. Pasar mucho tiempo en casa frente a las pantallas puede llevar al aislamiento social.

·          Soledad. La falta de interacción social puede generar sentimientos de soledad y afectar negativamente al estado de ánimo.

Fuente: Fundación Española del Corazón-

 

 

 

Promoción de la Editorial Autores de Argentina.


 

POLINIZACION: Un estudio científico comprobó cómo las abejas elevan los rindes de la soja.

 

Investigadores del INTA en el sudeste de Córdoba demostraron que, gracias a la polinización por parte de abejas melíferas, se logró un incremento del 34% en frutos y 27% en el peso de las semillas de soja. La importancia de cuidar la biodiversidad.



LA IMPORTANCIA ECONÓMICA DE LAS ABEJAS

De esta manera, Cavigliasso indicó que “las evaluaciones económicas ponen de manifiesto la viabilidad de integrar servicios de polinización profesionales en las prácticas agrícolas, en consonancia con los objetivos de sostenibilidad”.

En ese marco, el especialista agregó que la polinización biótica generó un incremento comparable a la ganancia genética anual promedio acumulada de los últimos 35 años para la región productiva estudiada.



“Esto demuestra el potencial complementario de ambos enfoques para maximizar los rendimientos”, aseguró.

Por otro lado, las abejas melíferas visitan las flores de soja con mayor frecuencia que otros insectos. Estudios previos han demostrado que la soja es un recurso nectarífero importante para la producción de miel en esta región, “incluso generando en ciertos casos mieles monofloras donde la soja es la fuente principal de recursos para las colonias de abejas durante el pico de floración del cultivo”.



La disminución en la población de insectos polinizadores, fundamentalmente las abejas, en términos de abundancia y riqueza de especies, es mencionado a menudo como un problema importante: esta pérdida de biodiversidad supone un descenso considerable en la polinización de los cultivos y, por ende, en su crecimiento y generación de rendimientos.

Por ello, un equipo de investigación del INTA Marcos Juárez en Córdoba evaluó el impacto de la polinización biótica, proceso facilitado principalmente por insectos, en el rendimiento y la calidad del grano de soja, incorporando colmenas de abejas melíferas al sistema de producción.

Al respecto, Pablo Cavigliasso, investigador del proyecto, explicó que para este estudio “se compararon microparcelas con tratamientos de polinización biótica frente a autopolinización, y también se evaluó la actividad de los polinizadores a diferentes distancias de un conjunto de colmenas de abejas melíferas”.



Los resultados mostraron un aumento del 34 % en la formación de frutos y un 27 % más de peso total de semillas por unidad de superficie en plantas polinizadas bióticamente. A su vez, la calidad de las semillas mejoró ligeramente, con un aumento del 1,47 % en el contenido de aceite en las semillas sometidas a esta polinización.

LAS ABEJAS Y LA SOJA: EL MANEJO DE LAS COLMENAS

Así, las colmenas manejadas incrementaron significativamente la actividad de polinización dentro de un radio de 150 metros, con una reducción del 72% en las visitas observadas más allá de los 300 metros.

“Estos hallazgos indican que la polinización mediante abejas melíferas no solo aumenta la productividad de la soja, sino que también compensa las limitaciones de la autopolinización y mitiga la ausencia de polinizadores nativos en condiciones ambientales adversas”, destacó Cavigliasso.

Aunque la soja siempre se consideró una especie esencialmente autógama, en investigaciones recientes, se demuestra que también es en gran medida polinizada principalmente por insectos, aclaró el investigador.

En este contexto, los visitantes florales desempeñan un papel relevante en la polinización de la soja, ya sea facilitando la transferencia de polen autógamo en las flores, entre flores dentro de las mismas plantas o polen cruzado entre plantas.

Así, según el equipo de investigadores del INTA, este estudio subraya la importancia de diseñar estrategias agrícolas adaptadas para favorecer la salud y la actividad de los polinizadores, especialmente en un contexto de cambios ambientales.

“Para maximizar los beneficios de la polinización biótica y garantizar la sostenibilidad ambiental y rentabilidad de los sistemas de producción de soja a largo plazo, es crucial fortalecer la colaboración entre investigadores, agricultores y apicultores”, concluyó Cavigliasso.

 

 

 

 

No galopes ni estalles...,


 

SÍFILIS: Putrefacción espacial, hoy sabremos más de esta epidemia que fue tortura, agonía y muerte, para la comunidad, reyes y reinas.

 

**En la actualidad aun es temida esta enfermedad de transmisión sexual, también conocida como la enfermedad de la infidelidad, se decía que era un castigo por ese pecado, que los ponía en evidencia ante sus familias y la comunidad.



¿Cuál era la causa de la enfermedad? Se pensó en 1495 que era un castigo de Dios por los pecados cometidos por la sociedad. Así que el primer paso para lidiar con la misma era arrepentirse y rezar por la protección divina. Entre los reyes que más sufrieron y murieron de sífilis se encuentra Enrique VIII de Inglaterra, Carlos II de España, Iván el Terrible, Francisco  I de Francia y Enrique III de Francia.

 


Dios, sin embargo, enviaba señales a través de otros medios. Los astrólogos de la época afirmaban que lo ocurrido tenía relación con dos eclipses de sol y la confluencia de Saturno y Marte.

"Las lluvias que cayeron en el año en todos los países fueron tan copiosas, que la tierra se contaminó con el agua estancada. No era de extrañar que la enfermedad se hubiera presentado", afirmaba un profesor de medicina de la época.

La conjunción de las estrellas contaminó el clima, lo que a su vez causó una podredumbre venenosa del aire. La consecuencia fue la putrefacción del cuerpo humano.

El comienzo



A principios de 1495 el rey francés Carlos VIII invadió Nápoles tratando de reivindicar su derecho a ese reino. Pero las tropas empezaron a contagiarse con una nueva dolencia.

Nadie había visto nada similar. Los doctores de la época no encontraban ninguna referencia en libros médicos antiguos.

Preocupó a la población tanto como lo hizo el VIH cuando fue descubierto en la década de los 80 del siglo pasado.

Tenía una similitud con esa enfermedad: se transmitía a través del contacto sexual.

Se trataba de la sífilis.

La gente estaba aterrorizada porque se propagó con gran rapidez. Llegó a Escocia, Hungría y Rusia.

A excepción de los ancianos y los niños, todos corrían el riesgo de contagiarse. Se encontraba en el burdel, pero también en el castillo.

Se cree que los reyes Francisco I y Enrique III de Francia, así como el emperador Carlos V, padecieron la enfermedad. Se piensa que tampoco escaparon del contagio los monjes ni los clérigos.

No importaba la jerarquía. Cardenales, obispos e incluso los papas Alejandro VI y Julio II la sufrieron.

La velocidad con la que se propagó revela mucho acerca de los hábitos sexuales de la sociedad en esa época.

 


Esperanza

Se creía que el mercurio era el remedio para la sífilis. Era común utilizarlo para tratar problemas de la piel en esa época. Y ese fue el tratamiento que se le recomendó al soldado alemán. Respirar el gas del mercurio caliente.

Pero la cura era peor que la enfermedad. Los pacientes salivaban incontrolablemente, los dientes se les caían y perdían la razón. Sin embargo, se siguió utilizando por muchos años, interna y externamente.

 

Hasta que apareció un nuevo remedio en 1517: el guayaco, un arbusto que se encuentra en Haití. Supuestamente, era lo que usaban los oriundos de la isla.

Virutas del tronco se cocinaban a fuego lento en agua y el líquido se bebía dos veces al día. El tratamiento completo incluía pasar 30 días en un cuarto extremadamente caliente para sudar y botar la enfermedad.

En esa misma época se estableció una relación entre la sífilis y el castigo divino por un pecado personal y no colectivo. La persona se contagió por haberse involucrado en una relación sexual ilícita.

 


En ese contexto, las mujeres eran quienes transmitían la enfermedad y tentaban a los pobres hombres, en el estilo de Adán y Eva.

El estigma también afectaba a los niños cuyos padres sufrían de sífilis porque era una condición hereditaria. Generaciones enteras se consideraban malditas.

¿América o Europa?

Los contemporáneos pensaban que se trataba de una nueva enfermedad.

Una vez que se detectó que se transmitía de persona a persona, se asumió que tenía que haberse originado en un lugar en particular, y no como consecuencia del clima.

Se creía que había llegado a Europa con los marineros que regresaron de América con Cristóbal Colón.

Supuestamente atracaron en Barcelona, se unieron a las tropas en Nápoles y las prostitutas que siguieron al ejército se encargaron del resto.

Pero a los historiadores médicos americanos no les gustó nunca esa teoría, por lo que presentaron evidencia arqueológica para probar que la sífilis era una vieja enfermedad nativa de Europa que había aparecido con una nueva virulencia.

La cura

Es difícil saber si el debate se podrá dirimir. Pero hay certeza con respecto a ciertos aspectos. Las décadas previas y posteriores al 1.500 fueron de gran cambio en la sociedad europea.

La vida urbana, mudanzas y búsqueda de lugares para vivir, nuevas técnicas de guerra y cambios en los comportamientos sexuales.

El ambiente de los habitantes de esa época se modificaba constantemente. Y eso, generalmente, aumenta la incidencia de las enfermedades. Así que el surgimiento de nuevas epidemias era, probablemente, inevitable.

 

La sífilis llegó y se quedó, propagándose, en especial, en tiempos de guerra.

Con la llegada de la medicina moderna la bacteria que causa la enfermedad se identificó en 1905. Y en 1910 se descubrió el primer tratamiento efectivo.

Pero no fue sino hasta 1943, con el descubrimiento de la penicilina, que se encontró la cura para el padecimiento.

Los gritos nocturnos cesaron.