Investigadores
del INTA en el sudeste de Córdoba demostraron que, gracias a la polinización
por parte de abejas melíferas, se logró un incremento del 34% en frutos y 27%
en el peso de las semillas de soja. La importancia de cuidar la biodiversidad.
LA IMPORTANCIA ECONÓMICA DE LAS ABEJAS
De esta manera, Cavigliasso indicó que “las evaluaciones económicas ponen de manifiesto la viabilidad de
integrar servicios de polinización profesionales en las prácticas agrícolas, en consonancia con los objetivos de
sostenibilidad”.
En ese marco, el especialista agregó que la polinización biótica generó un incremento
comparable a la ganancia genética anual promedio acumulada de los últimos 35 años para la
región productiva estudiada.
“Esto demuestra
el potencial complementario de ambos enfoques para maximizar los rendimientos”, aseguró.
Por otro lado, las abejas
melíferas visitan las flores de soja con mayor frecuencia que otros insectos. Estudios previos han demostrado que la soja es un recurso nectarífero importante
para la producción de miel en esta región, “incluso generando en ciertos casos mieles monofloras donde la soja es
la fuente principal de recursos para las colonias de abejas durante el pico de
floración del cultivo”.
La disminución
en la población de insectos polinizadores, fundamentalmente las abejas, en términos de abundancia y
riqueza de especies, es mencionado a menudo como un problema importante: esta
pérdida de biodiversidad supone un descenso
considerable en la polinización de los cultivos y, por
ende, en su crecimiento y generación de rendimientos.
Por ello, un equipo de investigación
del INTA Marcos Juárez en Córdoba evaluó el impacto de la polinización
biótica, proceso facilitado principalmente por insectos, en el rendimiento y la
calidad del grano de soja, incorporando colmenas de abejas melíferas al sistema de producción.
Al respecto, Pablo Cavigliasso, investigador del proyecto, explicó que
para este estudio “se compararon microparcelas con tratamientos de polinización biótica frente a
autopolinización, y
también se evaluó la
actividad de los polinizadores a diferentes distancias de un conjunto de colmenas de abejas
melíferas”.
Los resultados mostraron un aumento del 34 % en
la formación de frutos y un 27 % más de peso total
de semillas por unidad de superficie en plantas polinizadas bióticamente. A su
vez, la calidad de las semillas mejoró ligeramente, con un aumento del 1,47 % en el contenido de aceite en las semillas sometidas a esta
polinización.
LAS ABEJAS Y LA SOJA: EL MANEJO DE LAS COLMENAS
Así, las colmenas
manejadas incrementaron significativamente la actividad de polinización dentro de un radio de 150 metros, con una
reducción del 72% en las visitas observadas más allá de los 300 metros.
“Estos hallazgos
indican que la polinización mediante abejas melíferas no solo aumenta la
productividad de la soja, sino que también compensa las limitaciones de la autopolinización y mitiga la ausencia
de polinizadores nativos en condiciones ambientales adversas”, destacó
Cavigliasso.
Aunque la soja siempre se consideró una especie esencialmente autógama,
en investigaciones recientes, se demuestra que también es en gran medida polinizada principalmente por
insectos, aclaró el investigador.
En este contexto, los visitantes florales desempeñan un papel relevante en la polinización
de la soja, ya sea
facilitando la transferencia de polen autógamo en las flores, entre flores
dentro de las mismas plantas o polen cruzado entre plantas.
Así, según el
equipo de investigadores del INTA, este estudio subraya la importancia de diseñar
estrategias agrícolas adaptadas para favorecer la salud y la actividad de los
polinizadores, especialmente
en un contexto de cambios ambientales.
“Para maximizar los beneficios de la
polinización biótica y garantizar la sostenibilidad ambiental y rentabilidad de
los sistemas de producción de soja a largo plazo, es crucial
fortalecer la colaboración entre investigadores, agricultores y apicultores”, concluyó Cavigliasso.
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