Junto a las altas temperaturas está asociada la pérdida de nuestro cuerpo de sustancias saludables como antioxidantes, vitaminas y electrolitos. Algunos alimentos que podemos ingerir para evitar esta pérdida son:
El tomate: En verano es cuando más se debe consumir, ya que sirve para mantener una dieta muy equilibrada, porque contiene grandes cantidades de agua y es rico en vitaminas (del complejo B, C y E), minerales (potasio y magnesio) y fibra.
El pescado: Este alimento es rico en ácidos grasos de la serie omega-3, que regula el colesterol.
La albahaca: Sus principios activos contienen potasio, magnesio y calcio, ideales para controlar la hipertensión.
La fruta fresca: Contiene vitaminas, minerales, fibra y líquido. Recomiendo comer 3 porciones por día, tomando en cuenta que una porción es una fruta de tamaño mediano como peras o manzanas y en el caso de frutas pequeñas como frutillas o frambuesas 1 porción es una taza.
La sandía y el melón son frutas de la temporada de verano que se recomiendan, ya que poseen bastante fibra y agua, lo que los hace buenos diuréticos, indispensables para eliminar ciertas toxinas por la orina. Considerando la cantidad de líquido que contienen, el nivel de azúcar es mínimo.
Los duraznos y damascos aportan a nuestro cuerpo vitaminas, principalmente C, minerales y cierta cantidad de azúcar. Tienen pocas calorías, por lo que son recomendados para regímenes hipocalóricos.
El consumo de agua en verano es esencial.
El tomar agua posee múltiples beneficios como el mantener la tensión arterial, nutre las células, hace funcionar el riñón y elimina sustancias de desecho. Se debe consumir en la cantidad exacta para cada persona, ya que depende de circunstancias como su metabolismo o si vive en un sitio caluroso o no, pero el consumo debe oscilar entre un litro y medio y dos y medio de agua.
Es imprescindible ingerir el agua a través de alimentos como frutas, verduras, legumbres y cereales, esto ayudará también a mantener un peso equilibrado.
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