SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 5 de marzo de 2019

El rancho de Julio y Stella en la Provincia de Buenos Aires, rescata formas originales de más de una centuria.


Un poco de historia de las viviendas de argentina de los gauchos e inmigrantes de las grandes planicies de siglos atrás.
Este centenario rancho fue restaurado por las manos, la pasión y el amor Stella y Julio.

Aunque el nuevo tipo de vivienda en América se construía en gran medida basándose en la ingeniería precolombina (por ejemplo la de los bohíos) mezclada con las chozas europeas, el rancho tomó su nombre de una palabra española. El gaucho, con frecuencia descendiente de español e indígena, tomó de cada cual un poco para fabricar su vivienda de acuerdo a las conveniencias de terreno y climáticas.

Las dimensiones de la planta básica (o pieza nuclear) de un rancho hasta inicios de siglo XXI solían ser la de un rectángulo de 4x4 a 5x5 metros con unos 3 metros de altura en la cumbrera del techo a dos aguas; esto por dos motivos uno consecuente del otro: la familia del gaucho y la del paisano no solían tener aceptados sus papeles de dominio del terreno (escritura
No falto nuestra música folclórica, el tango,
lo romántico y la poesia.

máxime cuando la inmensa mayoría de los pobladores rurales habían sido relegados o privados de una alfabetización oficial) y por lo tanto, al carecer de "títulos de propiedad" no podían invertir vanamente su valioso tiempo en edificar (como sí ocurría en Estados Unidos) un edificio importante y estable que les sirviera de vivienda ya que tanto el gaucho como el paisano podían ser desalojados arbitrariamente de sus terrenos por cualquier arbitraria autoridad oficial.
Mezcla de españoles, italianos y originarios disfrutando del amor
y las bondades de nuestra tierra argentina.

Esa vivienda era de "chorizo" y de paja "quinchada". El "chorizo" es una argamasa de barro y paja (adobe) con que se levantaban las paredes. Para el techo se usaba la "paja quinchada": manojos de paja atados con un junco a un "quincho", tal quincho de paja casi siempre se disponía en forma de techo a dos aguas para favorecer su desagote.
La de cumbrera en la zona superior de la cubierta.
Postal de una bella e inolvidable
 jornada en la chacra.

Es un rancho con una cubierta a dos aguas, al frente triangular (el mojinete), que lleva una viga principal en la cumbrera (casi siempre un gran longitudinal tronco denominado "horcón" que es la cumbrera para el techo a dos aguas; entre la cubierta o techumbre y las paredes costaneras, se apoyan las "tijeras", a ambos lados, que sobresalen un trecho para formar el alero; sobre las "tijeras" van, horizontal y paralelamente, las cañas o ramas de sauce, que sustentan la paja "quinchada" de la techumbre.

Preparada así la estructura, se levantan las paredes exteriores, se techa y se colocan puertas y ventanas que, en un principio, eran simplemente huecos, luego de cuero, y muy posteriormente de madera. Los ranchos podían se de adobes, como los ladrillos actuales pero sin cocinar, una vez secados al sol se convertían en paredes que existen hasta nuestros días, alguno centenarios aun son abitados.

¡Gracias Stella y Julio por tanto afecto!

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